Comentario:
Escribe: Mario San Martín Aliaga
La falta de líderes y dirigentes en el ámbito local incide en el desarrollo de la comunidad y en sus planes y programas. Existen varias instituciones que sobreviven gracias al esfuerzo de personas que al final terminan mimetizándose con su agrupación, de tal manera que su actuar y decisiones viene a significar lo que es la institución, perdiéndose en algún grado la diversidad de opiniones y el ejercicio de consenso.
Cuando se requiere conocer aspectos relevantes de la comuna, cuando se necesita saber la opinión de la comunidad, cuando se interviene en los aspectos fundamentales del desarrollo como el diseño y planificación, a veces se recurre a profesionales de otras ciudades que reciben la información de los dirigentes locales ( casi siempre los mismos), sin que haya mucha renovación o actualizados enfoques. Estos pocos dirigentes, si bien se reiteran en los distintos foros, son el único aporte de la comunidad a su propio desarrollo.
Este desinterés llega incluso a nivel de organizaciones transitorias como la directiva de apoderados de un curso, es ya “un chiste clásico” como muchos apoderados evitan concurrir a las primeras reuniones por temor a ser elegidos. Los pocos asistentes hacen esfuerzos por esconderse y evitan participar y colaborar en el proceso educativo de sus propios hijos.
La gran mayoría tiene una opinión o idea que muchas veces “suelta viento” como si, expresándola en cualquier lugar, fuese suficiente para que otros materialicen sus deseos y aspiraciones.
Participar activa y responsablemente es uno de los requisitos para ser y sentirse con propiedad miembro de una comunidad. El ser sancarlino debe ser algo más que el lugar de nacimiento, debe ser una condición de compromiso, una actitud, una forma responsable de demostrar el orgullo de ser: SANCARLINO.
Escribe: Mario San Martín Aliaga
La falta de líderes y dirigentes en el ámbito local incide en el desarrollo de la comunidad y en sus planes y programas. Existen varias instituciones que sobreviven gracias al esfuerzo de personas que al final terminan mimetizándose con su agrupación, de tal manera que su actuar y decisiones viene a significar lo que es la institución, perdiéndose en algún grado la diversidad de opiniones y el ejercicio de consenso.
Cuando se requiere conocer aspectos relevantes de la comuna, cuando se necesita saber la opinión de la comunidad, cuando se interviene en los aspectos fundamentales del desarrollo como el diseño y planificación, a veces se recurre a profesionales de otras ciudades que reciben la información de los dirigentes locales ( casi siempre los mismos), sin que haya mucha renovación o actualizados enfoques. Estos pocos dirigentes, si bien se reiteran en los distintos foros, son el único aporte de la comunidad a su propio desarrollo.
Este desinterés llega incluso a nivel de organizaciones transitorias como la directiva de apoderados de un curso, es ya “un chiste clásico” como muchos apoderados evitan concurrir a las primeras reuniones por temor a ser elegidos. Los pocos asistentes hacen esfuerzos por esconderse y evitan participar y colaborar en el proceso educativo de sus propios hijos.
La gran mayoría tiene una opinión o idea que muchas veces “suelta viento” como si, expresándola en cualquier lugar, fuese suficiente para que otros materialicen sus deseos y aspiraciones.
Participar activa y responsablemente es uno de los requisitos para ser y sentirse con propiedad miembro de una comunidad. El ser sancarlino debe ser algo más que el lugar de nacimiento, debe ser una condición de compromiso, una actitud, una forma responsable de demostrar el orgullo de ser: SANCARLINO.