Así como las personas cambian con el tiempo, las necesidades de perros y gatos también evolucionan a lo largo de su vida. Adaptar la alimentación a cada etapa es fundamental para asegurar un desarrollo saludable, prevenir enfermedades y mantener su bienestar general.
En los cachorros, el desafío está
en el crecimiento. Requieren un alimento con alta densidad energética,
proteínas de calidad y niveles precisos de calcio y fósforo para un desarrollo
óseo adecuado. Durante los primeros meses, las raciones deben ser pequeñas pero
frecuentes, y se recomienda ofrecerlas siempre a la misma hora para generar
rutina. Una buena nutrición en esta etapa no solo fortalece los huesos y
músculos, también estimula el sistema inmune y mejora la capacidad de
aprendizaje y socialización.
En la etapa adulta, la clave es
mantener el equilibrio entre energía, masa muscular y peso corporal. Aquí, la
calidad de las proteínas y la digestibilidad del alimento marcan la diferencia,
así como el control de porciones según la actividad física. Un perro muy
activo, por ejemplo, necesita más calorías que uno de vida sedentaria, mientras
que en los gatos el control del peso es esencial para prevenir obesidad y
problemas urinarios. En esta fase, es importante revisar periódicamente el
estado corporal, ajustar raciones y no abusar de los premios o snacks.
Los animales senior requieren un
enfoque más preventivo. Con el paso del tiempo, su metabolismo se vuelve más
lento y pueden aparecer problemas renales, articulares o dentales. Las dietas
específicas para esta etapa incluyen menos grasa, más fibra y nutrientes
funcionales como antioxidantes, ácidos grasos omega 3 y condroprotectores, que
ayudan a mantener la movilidad y retrasar el envejecimiento celular. Además,
los alimentos blandos o de alta palatabilidad facilitan la ingesta en animales
con dificultades dentales o menor apetito.
“La nutrición es una herramienta
poderosa de salud preventiva. Cada etapa de la vida trae desafíos distintos, y
acompañarlos con el alimento adecuado permite prolongar la vitalidad y la
calidad de vida de nuestras mascotas”, explica Diego Rugeles, médico
veterinario, especialista en nutrición animal y gerente técnico de POEMA®.
Otro aspecto relevante es la
hidratación. Los gatos, por ejemplo, tienden a beber poca agua, por lo que
combinar alimento seco con húmedo ayuda a mantener un adecuado equilibrio
hídrico, especialmente en climas cálidos o en edades avanzadas. En perros, la
disponibilidad permanente de agua fresca es esencial para evitar desbalances y
favorecer la digestión.
Finalmente, cada mascota es
única. Factores como el tamaño, la raza, la esterilización o el nivel de
actividad física influyen directamente en sus requerimientos. “La alimentación
no puede ser la misma para un cachorro de raza grande que para un gato senior.
Considerar su etapa, condición corporal y estilo de vida nos permite ofrecer
una dieta personalizada que previene enfermedades y mejora su bienestar
integral”, añade Rugeles.
Observar cambios en el apetito,
la energía o el peso son señales que orientan cuándo ajustar la dieta. Una
nutrición adecuada, respaldada por la guía de un profesional, es la mejor forma
de asegurar bienestar y longevidad en cada fase del camino.
