Vecinos del secano en alerta por jauría que mata sus rebaños



LOCAL. Las jaurías de perros que atacan y matan ovejas es un problema creciente en muchas zonas rurales del sector Secano de San Carlos. El concejal Rubén Ortiz, quien reside en Toquihua y Manuel Ortiz, dirigente  del secano, hablaron con San Carlos Online para referirse al tema.

Al ser consultado telefónicamente, el concejal Ortiz aseguró que “solo en el sector de Los Guindos se ha formado un problema tremendo, ya que andan entre 5 y 7 perros que fueron abandonados matando ovejas. En el secano ya han registrado entre los vecinos cerca de 100 corderos muertos, pérdida que alcanza los $6.000.000”.

En relación al origen de los canes, la autoridad comunal manifestó que “se calcula que son perros abandonados que personas vienen a botar al campo desde la ciudad. No son de los vecinos porque estos no ubican los canes que componen la jauría”.

Entre los vecinos afectados, Rubén Ortiz subrayó que “a pesar de que son muchos, algunos de los afectados son Juanito Concha, Víctor Sepúlveda, Lalo Ojeda, Ricardo Ojeda, Teresa Pino y Mario Ortiz”

Entendiendo los alcances de la ley Cholito, el concejal sostuvo que “no se pueden matar los perros. Hemos ido a Carabineros y confirman que estamos de manos cruzadas. Los vecinos para poder resguardar sus animales mantienen encerrado al rebaño. No obstante, hay algunas ovejas que se sueltan y son cazadas por la jauría”.     

En la otra vereda, el dirigente Manuel Ortiz, explicó que “recurrimos a Carabineros pero no hay una solución y según un conocido, solo en Toquihua son 60 los corderos muertos”.  

Con preocupación, el miembro de Indap lamentó que “por otro lado vienen personas a cazar que no piden permiso, los cuales traen un número importante de perros que luego abandonan. Es un hecho que hemos informado a Carabineros, pero que solo queda en eso. En la misma línea, conversé con Cristian de la Municipalidad de San Carlos, quien dijo que no podían atrapar los canes”. 

Por último, con cierto desdén, Manuel Ortiz agregó que “es una problemática de la cual nadie se responsabiliza. Surge el temor de que algún vecino se anime a disparar y matar un perro”.  


 

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