Llegó a mis manos, hace muy pocos días el libro: Contra Viento y Marea, cuyo autor tiene un vínculo particular con San Carlos, Gastón Arriagada Rodríguez. Quien, en el desarrollo de su obra, entrega luces e insistentemente nos lleva a revisarnos y nos invita a la introspección, para buscar en nosotros mismos el deseo legítimo de superar las adversidades y enfrentar con hidalguía las dificultades.
En una rápida revisión de esta obra, se
evidencia el buen deseo del autor de repasar episodios de su propia vida, con
la íntima esperanza que sirvan a otros como una experiencia vital.
Particularmente nos podemos detener, en la descripción que hace de las
dificultades que enfrenta a partir de la pérdida de su madre, cuando recién
cumplía 8 años de vida, una situación sin dudas compleja que marca
definitivamente su vida. A los pocos años fallece su padre y entonces la vida a
partir de su crianza con sus abuelas, se ve tironeada por visiones y apuestas
distintas, que van generando en él una mezcla de experiencias, que le
acompañarán toda la vida. Porque claro, somos el resultado de nuestras
experiencias y somos el resultado de nuestra propia historia.
Resulta particularmente interesante comprobar
en la lectura de este libro, el apego incondicional del autor con su terruño
natal, San Carlos, que reconoció en él a un ciudadano apegado a su origen y lo
distingue como un Hijo Ilustre, debido a su permanente vínculo con esta ciudad
que le vio nacer y que ha sido permanente preocupación de Arriagada Rodríguez.
Revisando los distintos relatos, si bien la
obra es más bien una buena bitácora de experiencias de su vida en la Armada, en
donde se ve enfrentado a distintas experiencias que marcan su hacer profesional
e interviene en una gran cantidad de proyectos que le ocupan su tiempo
profesional. Seguramente este libro será lectura obligatoria en la academia de
la Armada, en donde los jóvenes nuevos oficiales tendrán un espacio de lectura
de su más absoluto interés.
Para un lector como yo, con desapego del
quehacer de las filas castrenses y de la formación militar, resulta particularmente
interesante el relato referido a su propia experiencia de vida, enfrentando un
cáncer avanzado que lo lleva a enfrentar la muerte: frente a un enemigo
silencioso interno. Es este relato el que llama particularmente mi atención, en
tanto aborda esta experiencia extrema, con una claridad y una entereza
particular.
Cuando
enfrentado al cáncer, se pregunta por qué me enfermé, que descuidé, ¿qué no
hice, por qué este desequilibrio, qué pasó para que se desarrollara este
cáncer? Resulta sin dudas conmovedor esta búsqueda de respuestas, para
enfrentar de mejor forma el proceso de sanación, mas allá del proceso médico,
se trataba también de equilibrar su propio mundo interior.
San Carlos siempre presente, la importancia del
liderazgo, la búsqueda de no olvidar el origen y jamás desconocer a los otros
seres humanos. Este libro sin dudas que es un evidente llamado a no olvidar lo
que somos, entendernos como producto de nuestra propia historia y nuestras
experiencias, así como también es un llamado ferviente a perseverar en el logro
de los objetivos propuestos y jamás dejar de creer en lo que cada uno se
proponga.
Un libro, cercano, recomendable y de fácil
lectura, sin dudas.
Luis
Kako Navarrete Méndez
Consejero
Regional de Culturas.