Ya se acercan los tiempos de vendimia y si bien muchos andan por ahí sobándose las manos para poder degustar el nuevo néctar de las uvas que como siempre proveerá el dios Baco, fíjese que las autoridades andan más preocupadas de la productividad del sector viñatero, lo cual se agradece. En esa dinámica es que se dio a conocer un proyecto innovador que busca darle utilidad al orujo, que no es otra cosa que el residuo que dejan las uvas luego de ser molidas para extraer su dulce jugo.
Una vez realizada la molienda de la uva, queda lo que normalmente se conoce como hollejo, el que corresponde al orujo antes mencionado. Claro, los más vivarachos lo agarran y se ponen a fabricar aguardiente, pero le decimos altiro que no es hacerlo y ponerse a vender (digo, por si lo agarró de golpe el espíritu emprendedor), pues se debe cumplir con varias leyes al respecto. El caso es que el orujo puede tener otros destinos, pues por si no lo sabía, también es utilizado como fertilizante o alimento animal.
Según explicó el seremi de Agricultura, Antonio Arriagada, el objetivo es tomar el orujo y transformarlo en forraje ganadero, para lo cual se ha puesto en marcha un proyecto en conjunto con la Universidad de Concepción (UdeC) como apoyo académico especializado. “Todo lo que se logre en este trabajo será un bien público y estará disposición de todo agricultor que quiera innovar en ese sentido para obtener otro producto. La idea es desarrollar un rubro tan importante para el Valle del Itata como lo es el vino” , indicó.
Desde la UdeC, el director alterno del proyecto e investigador de dicha casa de estudios, Rodrigo Allende, explicó que esta iniciativa representa una oportunidad para lograr un producto que no presenta grandes limitantes para ser obtenido por los viñateros. “Nosotros creemos en la economía circular y este proyecto se basa en el uso de los residuos, sin importar en qué proceso de vinificación esté el orujo. Vamos a probar distintas alternativas para alimentación animal” , señaló, añadiendo que esta idea ya está siendo trabajada en otras partes del mundo, como Estados Unidos, Italia y Australia, llegando incluso a contribuir con la industria farmacéutica.
Entonces, a no mirar en menos al orujo, que es un producto con características distintas. Diversas investigaciones han determinado que este de la vid tiene propiedades alimenticias y hasta cosmetológicas, con compuestos anticancerígenos, antiinflamatorios y también cardioprotectores, entre otras bondades. Así es que será un hecho que no solo tendremos un ganado bien alimentado, sino también creciendo más sano que un cereal de lechuga. ¡Ah! y tampoco se ría tanto, que para comer ese asado falta mucho todavía. Así que paciencia nomás.
Escribe: Patricio Vera M.