La pregunta se la hizo Marcelo Lagos, el doctor en ciencias ambientales y geógrafo, invitado a dar una charla en San Carlos.
Lagos apuntó a un minúsculo punto en un gigante globo terráqueo a sus espaldas en una pantalla y se preguntó “Como será el futuro de San Carlos, cómo será San Carlos de aquí a 50 años más? Un San Carlos donde vamos a estar con más vegetación? ¿donde no habrá inundaciones? Donde vamos a vivir en estructuras seguras, donde el calor no nos va a comer en varano y los incendios forestales van a ser una amenaza permanente?”.
El profesional en una locuaz charla se refirió a la cultura y prevención de riesgos, aun cuando lo relevante fueron sus interrogantes lanzadas durante su exposición. ¿Quién está pensando en el futuro de San Carlos? ¿es el plan de desarrollo comunal? ¿es el plan regulador? ¿para dónde va a crecer San Carlos en el futuro? ¿Qué va a ser de San Carlos el 2100 (75 años más)? ¿Quién piensa y planifica el territorio en el futuro? Porque lo que pensemos hoy día y las decisiones que tomemos hoy día van a tener consecuencias en el futuro…”.
Claramente, el municipio que es una institución dedicada a satisfacer las necesidades de la comunidad local y promover su desarrollo en diversos ámbitos, está en lo suyo, sin embargo, a la hora de diseñar el futuro estamos al debe.
Es lamentable que actividades tan relevantes como la agricultura y en ella puntualmente los ingenieros agrónomos no estén representados. También es preocupante que haya instituciones y organizaciones que aparecen dedicadas al desarrollo, pero que más bien buscan sobrevivir mediante subvenciones y aportes, pero del desarrollo, casi nada.
La escasa comunidad organizada sobrevive gracias a la participación de personas mayores que intentan aportar, por ejemplo, desde el Consejo de Sociedad Civil o de las organizaciones sociales.