La plaga del cabrito, Aegorhinus superciliosus, ha generado grandes pérdidas económicas en el cultivo de avellano europeo en Chile. Investigaciones del INIA evalúan nuevas estrategias de control biológico, químico y cultural para mitigar su impacto.
Un enemigo oculto en las raíces
El cabrito es un insecto cuya larva se desarrolla en el suelo, alimentándose de las raíces de los árboles. Esto dificulta su detección temprana y su control. Cuando la plaga avanza, las plantas muestran debilitamiento y hojas marchitas, pudiendo morir si no reciben tratamiento oportuno. La expansión de esta plaga amenaza la producción nacional de avellano europeo, un sector en auge por la creciente demanda internacional.
Alternativas para su control
INIA ha evaluado diversas estrategias para enfrentar al cabrito. Entre ellas, destacan los probióticos endófitos, hongos que ingresan a la planta y generan un efecto anti-alimentario en el insecto. También se han explorado métodos de control químico y cultural, aunque su efectividad aún requiere mejoras.
Durante un monitoreo realizado en un huerto de la comuna de Pinto, en la región de Ñuble, el investigador Jorge Retamal observó que un 38% de la fruta resultó vana y el 48% de las plantas presentó daños severos. Esto se traduce en pérdidas económicas de hasta un 50% en huertos en plena producción.
Monitoreo y prevención
Luis Devotto, investigador de INIA, destaca que los cabritos del género Aegorhinus son insectos nativos del Cono Sur que han evolucionado como plagas agrícolas. Mientras los adultos se alimentan de brotes tiernos sin causar gran daño, la infestación larval puede ser devastadora. Un monitoreo efectivo es clave para prevenir su propagación.
Recomendaciones para productores
Con la expansión del cultivo del avellano europeo en Chile, el control del cabrito se ha vuelto prioritario. INIA recomienda realizar monitoreos desde el establecimiento del huerto, identificar los períodos de emergencia de adultos y aplicar estrategias de manejo integrado para reducir el impacto sin comprometer el equilibrio ecológico.
Las investigaciones continúan en busca de soluciones efectivas que protejan la producción y mantengan la competitividad del país en el mercado internacional de frutos secos.