AGRO.- Chile se consolida como un líder mundial en la edición genética en la agricultura, gracias a un enfoque regulatorio flexible y basado en la ciencia. Una investigación reciente, liderada por el doctor Miguel Ángel Sánchez, destaca el papel clave de nuestro país en la innovación biotecnológica agrícola.
El Estudio y sus Hallazgos
La investigación, titulada “El avance global de las plantas editadas genéticamente hacia el mercado: el papel clave de Chile en su desarrollo”, fue publicada en la revista científica Plants (Basel). El estudio resalta cómo Chile fomenta la investigación y desarrollo de plantas editadas genéticamente, las pruebas de campo y su eventual comercialización.
Enfoque Regulatorio Favorable
El enfoque regulatorio de Chile, basado en las características del producto y no en el proceso de obtención, es uno de los más favorables y ágiles para la innovación en biotecnología agrícola. Este modelo ha creado un entorno propicio para la investigación y comercialización de cultivos editados genéticamente, atrayendo a investigadores locales e internacionales.
Evaluación del SAG
Desde 2017, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) evalúa si las variedades de plantas obtenidas mediante biotecnología son organismos genéticamente modificados (OGM) o productos comunes. Hasta la fecha, el SAG ha recibido 57 consultas, de las cuales 52 han sido consideradas no OGM. Estos productos incluyen nueve cultivos distintos y 1.103 líneas o cultivares, con siete desarrollos locales.
Beneficios y Desafíos
Los avances en edición genética son cruciales para enfrentar desafíos como el cambio climático, la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria. Sin embargo, el Dr. Sánchez advierte que Chile debe adaptarse continuamente a las nuevas técnicas y colaborar con organismos internacionales para armonizar estándares regulatorios y educar al público sobre los beneficios de estas tecnologías.
Conclusión
La investigación del Dr. Sánchez subraya la importancia de la edición genética en la agricultura y el liderazgo de Chile en este campo. La flexibilidad regulatoria y el enfoque basado en la ciencia posicionan a nuestro país como un referente global en biotecnología agrícola.