Clima, ácaros y químicos agrícolas tienen en vilo a apicultores sancarlinos


Tras un estudio, publicado en Environmental Pollution, que analizó 260 muestras de miel de 48 estados de EE.UU. en busca de rastros de seis metales tóxicos: arsénico, plomo, cadmio, níquel, cromo y cobalto por el uso histórico de pesticidas agrícolas o de fuentes industriales, se descubrió que la miel de diferentes estados no tenía niveles peligrosos, según una cucharada al día. 

En relación al tema, el apicultor sancarlino, Juan Carlos Espinoza, aseveró que “es complejo culpar que la acción de los pesticidas o fungicidas pueda afectar la calidad de la miel o la muerte de la abeja, ya que estos se aplican en plantaciones o huertos de gran dimensión, donde escasamente se deja que en la línea del centro de las hileras crezca pasto”.  

Consultado sobre los motivos que están causando estragos en la apicultura, el sancarlino explicó que “estamos muy preocupados porque, más allá de los químicos que se aplican, la abeja en la zona está muriendo por el clima, ya que este está muy cambiante, en comparación a 10 años atrás. Como ahora hay temperaturas más altas en comparación a antaño, la floración de una  planta que antes duraba 20 días, ahora solo dura 10 días, lo cual afecta la producción, ya que antes con más días la abeja recolectaba al alza, mientras que ahora a media alza”.

Sobre los motivos que en San Carlos están matando las abejas, el apicultor sancarlino, reveló que “el ácaro varroa es el que mata a la abeja y solamente puede controlarse con productos idóneos. No obstante, no hay producto que una vez aplicado asegure o mate el ácaro. Si el apicultor se descuida, pierde todas las abejas”.

“Nosotros tenemos abejas cerca de un terreno forestal de 200 hectáreas y este año cuando nos avisaron que fumigarían, secaron todo el cerro y cuando la abeja sale a buscar alimento, en el pasto no encuentran muchas plantas, lo cual disminuye la recolección de néctar y polen. Además algunas abejas mueren buscando plantas”, declaró el apicultor, quien tiene abejas en San Nicolás y Lautaro.   

Por último, el sancarlino que reside en Villa Puesta del Sol, sostuvo que “llevé mis abejas a Lautaro porque allá las mieles ya las tenemos en menos de un mes, puesto que las condiciones son más favorables para las abejas. Llevamos 10 años y cada año nos vamos para Lautaro a cosechar”.


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