Bolardos: riesgos y estética urbana que arriesga San Carlos


En vista que algunos automovilistas en San Carlos no respetan las zonas con prohibición de estacionamiento, el municipio sancarlino, a través de Matías Vega, encargado de Seguridad Pública municipal, ha planteado la opción de instalar bolardos de hormigón en los sectores con más reportes y reclamos que recibe Seguridad Publica y Carabineros.
 

Sobre la instalación de bolardos, Rigoberto Leal Orellana, encargado de tránsito de la Municipalidad de Ñiquén, explicó que “mientras estén autorizados, cumplan con lo que establece la normativa, se apeguen a los manuales de señalización de la Conaset y se justifiquen con algún estudio no debiese haber problemas. No obstante, recomendaría la instalación de bolardos automáticos, ya que son buenos y más estéticos para la comuna”.  

En relación a los valores, desde la empresa Saveline, indicaron que el bolardo metálico fijo de 50 cm. tiene un valor de $63.814 por unidad, mientras que la empresa Generador de Espacios detalló que los bolardos fijos esférico de 40 cm de diámetro de hormigón prefabricado valen $59.000.

La instalación de pelotas de hormigón, en otras comunas como Providencia, se ha transformado en una medida para evitar el comercio ambulante en el Costanera Center. Estas han sido duramente criticadas por los transeúntes que transitan en la vereda, ya que el espacio para caminar ha disminuido cerca de un 50%. 

Otra experiencia negativa con la instalación de los bolardos ocurrió en Salta, donde la presidenta de la Comisión de Accesibilidad al Medio Físico del Colegio de Arquitectos y docente de la Universidad Católica de Salta, Alejandra Ibáñez alertó que “los bolardos constituyen un atentado para las personas ciegas y para la seguridad en general. Más aún, porque según estándares internacionales, estos objetos deben tener una altura mínima de 75 centímetros para no generar problemas a las personas”. 

La instalación de bolardos de hormigón para evitar que los vehículos accedan o aparquen en zonas prohibidas de San Carlos es una propuesta que aún está en revisión, que, de ejecutarse su instalación, serían un riesgo para los peatones porque podrían provocar caídas, generarían gastos de mantenimiento, ya que pueden requerir reparaciones o cambios por desgaste, y por otro lado no son estéticos, porque no combinan con la arquitectura de la comuna. 

En suma, claramente el problema de los vehículos mal estacionados, en las veredas de varios puntos de San Carlos, es un problema de fiscalización y debe ser resuelto en ese ámbito. 

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