LOCAL. - Carlos llora la partida de Hernán Rosales, un hombre cuya labor incansable en favor de la infancia dejó una huella imborrable en la comunidad. La historia de su vida y su reciente fallecimiento conmueven a quienes lo conocieron.
Hernán Rosales Espinoza, junto a su esposa Alicia Zúñiga González, llegó a San Carlos en 1985 para asumir la dirección del hogar de menores "Mi Casa", gestionado por la Fundación Mi Casa. Inicialmente, su compromiso era de solo dos años, pero la entrega y pasión con la que desempeñó su labor lo llevaron a quedarse 25 años en esta ciudad, dedicando su vida a mejorar el bienestar de los niños más vulnerables.
Bajo su dirección, el hogar llegó a albergar a más de un centenar de menores en la década de los 80, promoviendo valores de solidaridad y apoyo a la infancia. En 2010, tras un cuarto de siglo de servicio, la fundación decidió finalizar su gestión, y Rosales regresó a Temuco, no sin antes ser honrado como Hijo Ilustre de San Carlos.
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| Hernán Rosales Espinoza, junto a su esposa Alicia Zúñiga González |
El reciente fallecimiento de Rosales, a causa de un cáncer, ha generado un profundo pesar en la comunidad. Anoche, en una emotiva velatón frente al antiguo hogar de menores, sus "hijos", ahora adultos, se reunieron para rendirle tributo, recordando con cariño a quien fue una figura paternal y un pilar de apoyo en sus vidas.
Hernán Rosales no solo dirigió un hogar de menores, sino que transformó la vida de muchos niños en San Carlos. Su legado perdura en los corazones de quienes lo conocieron y en la comunidad que hoy lo recuerda con respeto y gratitud. ¿Cómo se puede honrar mejor su memoria? Comparte tu opinión y recuerda a este gran hombre.
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