AGRO.- Un innovador bioinsumo creado por científicos chilenos podría cambiar la forma en que se manejan las plagas en la Región de Arica y Parinacota. Este desarrollo, basado en tecnología local, podría significar un gran avance en la agricultura sostenible.
Un equipo de investigadores del INIA Chile, liderado por Eduardo Tapia y Nancy Vitta de INIA La Platina, ha desarrollado un bioplaguicida utilizando el agente biológico Bacillus thuringiensis var. Israelensis.
Este bioinsumo ha mostrado alta efectividad en la reducción de larvas del insecto hematófago conocido como jerjeles, que ha afectado a la región alrededor del río Lluta. Los resultados se dieron a conocer en un seminario reciente en junio.
El proyecto, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Arica y Parinacota, surge ante la falta de disponibilidad de productos extranjeros efectivos.
Marjorie Allende, directora de INIA Ururi, explicó que "el único producto disponible provenía de Estados Unidos, pero su distribución se interrumpió hace algunos años debido a la falta de stock. Por ello, INIA impulsó esta línea de investigación para elaborar un producto en Chile".
Este esfuerzo ha dado frutos, y ahora queda por delante la etapa de escalamiento tecnológico para asegurar que el producto pueda fabricarse a gran escala en el país.
Eduardo Tapia destacó la importancia de estos avances, señalando que “los productos desarrollados en INIA están en la línea de la agricultura sostenible y cuentan con tecnología y conocimiento nacional, contribuyendo a un medio ambiente limpio, tanto para consumidores como para trabajadores”.
El siguiente paso en el desarrollo de este bioplaguicida será su escalamiento tecnológico. Este proceso implicará afinar la formulación en condiciones de campo y pasar por los requisitos normativos necesarios para su producción a nivel comercial.
Además, el equipo de INIA Chile está trabajando en colaboración con las comunidades locales para coordinar la limpieza de los cauces del río Lluta al menos dos veces al año. Esta medida busca maximizar la eficacia del producto, especialmente dada la gran cantidad de vegetación en la zona, donde las larvas se adhieren y pueden escapar de los tratamientos convencionales.
En resumen, este nuevo bioinsumo promete ser una solución innovadora y sostenible para los problemas de plagas que afectan tanto al turismo como a la agricultura en el norte de Chile.
La colaboración entre científicos, autoridades y comunidades locales será clave para llevar esta innovación del laboratorio al campo. ¿Qué impacto crees que tendrá este desarrollo en el futuro de la agricultura en la región? ¡Comparte tu opinión con nosotros!
Palabras Clave SEO: San Carlos, bioinsumo, plagas, agricultura sostenible, INIA Chile.