¿Nuevos cultivos revolucionarán la fruticultura en Ñuble?


REGIONES.- La Región de Ñuble se prepara para recibir nuevos cultivos de macadamia, calafate y pistacho, con el objetivo de adaptar la fruticultura local al cambio climático.

El Programa “Fruticultura sostenible y resiliente al cambio climático para la Región de Ñuble”, liderado por un equipo de investigadores del INIA Quilamapu y financiado por el Gobierno Regional, tiene como meta introducir y potenciar cultivos de frutales que se adapten a las condiciones climáticas actuales y futuras de la región. 

Durante los próximos 36 meses, se desarrollará este ambicioso proyecto que incluye la creación de huertos de macadamia, pistacho y calafate, además de fortalecer el cultivo de castaño marrón en la precordillera y de la papaya en la costa.

Jorge Retamal, investigador del INIA y director del programa, explicó que el objetivo principal es diversificar las alternativas productivas mediante el establecimiento de huertos frutales innovadores con un alto potencial comercial. “Se implementarán parcelas demostrativas en las 21 comunas de la región para capacitar a mil agricultores en el manejo de estas especies”, detalló Retamal. Estas parcelas, con una superficie mínima de 5.000 m² cada una, servirán como aulas al aire libre equipadas con sistemas de riego por goteo, paneles fotovoltaicos y estaciones agrometeorológicas.

La selección de estas nuevas especies no es casual. La macadamia, por ejemplo, es el octavo fruto seco con mayor demanda en el mundo y se caracteriza por su alto precio de venta. Además, es una planta que requiere poca agua y es tolerante al exceso de radiación solar, lo que la hace ideal para las condiciones del secano interior de Ñuble. En cuanto al calafate, se espera un rendimiento productivo superior a los cuatro mil kilos por hectárea.

Iris Lobos, directora nacional del INIA, destacó que esta iniciativa se enmarca en el reciente lanzamiento del programa nacional de mejoramiento genético en frutales, con base en Chillán. “La zona centro sur de Chile se reafirma como un polo de desarrollo frutícola, crucial en el contexto del cambio climático”, afirmó Lobos. Además, hizo un llamado a los agricultores a agregar valor a sus productos, para que no solo se vendan como commodities, sino que también se desarrollen productos con mayor valor añadido.

El proyecto incluye la introducción de 75 mil plantas, además de otras 35 mil plantas destinadas a agricultores interesados en establecer huertos comerciales, con el objetivo de llegar a establecer entre 60 y 100 nuevos huertos en la región.

El programa también tiene un fuerte enfoque en la transferencia tecnológica y la formación de capital humano especializado en fruticultura sustentable. Para ello, se implementará un postítulo que beneficiará a cien profesionales de la región, lo que contribuirá a crear una base sólida de conocimiento y experiencia local en esta área.


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