La actual iglesia de San Carlos remplazó a la antigua iglesia parroquial que el terremoto del año 2010 dejó en mal estado que a su vez se construyó en lugar de otra más antigua que otro terremoto echó abajo. Las tres iglesias han estado marcadas por los sismos en sus historias.
La intención ahora no es hablar de sismos, sino del estado de la iglesia que vemos cada día pasando por la Plaza de Armas.
Esta iglesia debiera ser un edificio emblemático de la ciudad al margen de credos religiosos como lo es El Convento en el sector sur por su carácter patrimonial.
Su estado actual no está a esa altura; al contrario.
Se podrá o no estar de acuerdo con su arquitectura, pero sí en que necesita urgentemente una pintada para ser un aporte estético a la ciudad. También esto se lograría si su campanario se iluminara por las noches.
Todos queremos ver una iglesia hermosa, pero la hermosura no es gratis si no viene de la naturaleza; cuesta.
Del municipio debería nacer la idea para que esto ocurra. Basta con tomar el celular y llamar a las partes interesadas y levantar un proyecto con apoyo edilicio tras estos objetivos.
Los milagros también ocurren cuando hay iniciativa.
Héctor Caro Quilodrán