LOCAL.- Hace un par de años, las bibliotecas públicas no solo eran lugares donde se almacenaban libros, sino que eran auténticos centros comunitarios que desempeñaban un papel vital en la vida de sus residentes.
Estas bibliotecas no solo proporcionan acceso gratuito a una amplia gama de recursos educativos, culturales y recreativos, sino que también servían como puntos de encuentro donde las personas podían reunirse, aprender y compartir experiencias.
En la actualidad, las bibliotecas han perdido esa magia que las caracterizaba, sin embargo, Miriam Martínez Sierra, encargada subrogante de la biblioteca pública de San Carlos Eusebio Lillo, explica que la biblioteca “ha tenido que actualizarse a los nuevos tiempo, para entregar un mejor servicio a sus usuarios. Por ejemplo, somos un punto muy importante para la comuna porque toda la gente que no puede sacar fotocopias o tener al alcance un computador para imprimir, aquí puede hacerlo gratuitamente”.
Según Miriam Martínez, “la caída en el número de préstamos de libros cayo más de un 80% después de la pandemia. Lo que más pedían eran libros de literatura. Hoy en día cada hogar cuenta con un computador y ya no necesitan tanto venir a buscar tareas como antaño”. No obstante, la encargada de la biblioteca recalcó que “el acceso a computadores, impresiones y fotocopias son gratuitas y logran que aún asistan escolares para usar este servicio”
Con 30 años trabajando en la Biblioteca, Miriam Martínez, es enfática en aclarar “los préstamos de libros a domicilio son gratuitos. Para eso los usuarios necesitan traer un certificado de residencia emitido por la Junta de Vecinos o un recibo de agua o luz junto a su cedula de identidad. Con esto nosotros le creamos una ficha”. Fue categórica en señalar que “nosotros vamos a la casa a buscar los libros si después de los ocho días no los regresan”.
Con respecto al origen de los libros, Miriam Martínez, detalló que “el Servicio Nacional de Patrimonio y la Cultura, ex-DIBAM, perteneciente al Ministerio de la Cultura, es quien provee de libros. A esto se suma que la Municipalidad de San Carlos al igual que nosotros, compra libros y por otra parte se reciben libros donados por particulares”.
Rodeada de libros de filosofía, historia universal y literatura, Miriam Martínez, lamentó que ”a pesar de tener computadores y ofrecer servicios de impresión y fotocopiado gratuito, ya las bibliotecas como que pasaron a segundo plano, porque no vienen tantas personas. Solo vienen a buscar libros”.
Hoy en día, según informó Miriam Pizarro, las dependencias de la biblioteca se están también utilizando los martes y jueves para realizar actividades que se gestionan a través de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO).
Por último, la encargada de la biblioteca, invitó a que los lectores a concurran al espacio público para expandir su conocimiento a través de la lectura.