En uno de los sectores que aún siguen “vivos”, el gobernador Crisóstomo expresó que “este era un espacio precioso de 400 hectáreas que estaba abierto al público y que fue afectado por los incendios. Queremos hacer una contribución para que vuelva a florecer y vuelva a brotar. Hemos traído lo mejor de lo nuestro, nuestras parras ancestrales del Valle del Itata, maquis y otros árboles que son propios de la Región de Ñuble, porque entendemos que hay que plantar, fortalecer las raíces, para volver a germinar y crecer”.
La entrega de estas especies fue valorada por el director
del Jardín Botánico Nacional, Alejandro Peirano, quien anunció el destino que
tendrán dentro del terreno: “Estas especies emblemática como son las vides y
vides tan antiguas como las variedades que trajo, denotan el interés que
tienen. No es un árbol cualquiera, es un árbol emblemático de Ñuble y nosotros
vamos a elaborar una pequeña viñita con estas especies para que los niños que nos
visitan, que son 25 mil al año, sepan que hay un patrimonio en lo que es vides
de Chile acá en el Jardín Botánico. Vamos a hacer un rincón de Ñuble en honor a
la donación que hemos recibido”.