AGRO.- El cultivo de Tomate Limachino comenzó en el siglo pasado, durante la década de los treinta, con la llegada de colonos franceses, italianos y españoles a la cuenca de Limache, en particular a las comunas de Limache y Olmué. Por razones que aún se desconocen, estos colonos no solo vinieron con sueños y esperanzas de una vida mejor, sino que trajeron también con ellos semillas de tomate. El fruto de estas semillas llegó a ser conocido como “Tomate Limachino”, siendo el año 1981 el último en que se sembró masivamente, concretándose su desaparición y el inicio de su leyenda.
Actualmente, este sabor de antaño renace de la mano de un grupo de agricultores/as de Limache que conforman una cooperativa, quienes están sembrando y comercializando en ferias locales y algunos supermercados. Al entusiasmo de ellos, se sumó el esfuerzo científico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) -además de FIA, INDAP y la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM)- que, junto a las municipalidades de Limache y Olmué y sus equipos técnicos, lograron rescatar y poner nuevamente en el mercado al auténtico Tomate Limachino Antiguo, como patrimonio agrario y agroalimentario de una zona típica de la Región de Valparaíso.
En ese contexto, se realizó la difusión y transferencia del conocimiento generado en el proyecto “Valorización territorial, saludable y sensorial del Tomate Limachino para la Agricultura Familiar Campesina de la Provincia de Marga-Marga”, apoyado por FIA y que se ejecutó en el territorio.
La jornada de capacitación estuvo a cargo de los ingenieros agrónomos de INIA Victoria Muena, Maruja Cortés y José Lladser, quienes transfirieron los resultados en torno a la caracterización genética y morfológica, manejo agronómico de la planta y el fruto, el nivel de productividad y su status de calidad.
Frutos de la investigación
Se dice que fue muy famoso y conocido casi en todo Chile, sin embargo, el Tomate Limachino era de corta vida útil una vez cosechado. Los avances tecnológicos hicieron su trabajo y se creó un producto sustituto que los productores y consumidores fueron casi forzados a adoptar: el tomate de larga vida. Así, este producto sucumbió a los efectos de la globalización y homogenización mundial de las semillas.
Hoy, los mismos productores lo han reconocido y la investigación INIA (estudios de genética molecular y de huella genética) arrojó que el Tomate Limachino Antiguo no fue único, sino que son un grupo de accesiones. Además, indicaron que tiene un rendimiento similar al de otros tomates presentes en el mercado y, en cuanto a sus características, posee un incomparable sabor, aroma y un 50 % más de antioxidante que el tomate larga vida. Fuente: Mundoagro