NACIONAL.- (cambo21.cl).- En su
tradicional columna mercurial, el rector de la Universidad Diego Portales,
analiza la presencia de Piñera el pasado viernes en la Plaza de la Dignidad,
donde posó bajo la estatua del general Baquedano,
lugar que hasta hace pocas
semanas había sido la llamada “zona cero”, que representaba las mayores
protestas en democracia en contra del modelo neoliberal y su propio gobierno y
persona.
De acuerdo al rector, “Piñera se
supera a sí mismo. Mientras el país está en ascuas, temeroso del coronavirus,
el Presidente tiene la ocurrencia de posar ante la estatua del general
Baquedano en un inconsciente acto de provocación y de desprecio”, señala.
Peña no se guarda epítetos al
momento de calificar el acto: “Este viernes se supo algo sorprendente, un hecho
rocambolesco, estúpido, algo que ni siquiera la mente más tonta, más despegada
de la realidad, más desaprensiva de la actitud ajena, habría imaginado”,
indica, concluyendo que: “Y lo peor es que estuvo a cargo del presidente”.
El destacado columnista y
académico, recuerda que “Ese día, el Presidente Piñera decidió ir a la Plaza
Baquedano, bajarse del automóvil presidencial y —flanqueado por sus guardias,
en mangas de camisa y sonriente como si todo fuera viento en popa— posar a los
pies del monumento del general que hasta apenas ayer, antes que el virus
irrumpiera y la desgracia tocara a la puerta de todos (salvo al parecer a la
suya), era el lugar de la protesta”.
No fue casual
El rector no se traga las
explicaciones de Piñera: “No hubo nada casual en esa escena. No es verdad, como
dijo en un tuit, que se bajara a saludar a los policías. No es cierto. Todos
saben que eso no es cierto y a estas alturas nada saca con pedir disculpas
tratando de minimizar la tontería”, asegura.
Para el rector Peña, Piñera “Se
bajó deliberadamente a saludar, ante su imaginación, a sí mismo. En el video se
ve al Presidente posando frente a las cámaras, sonriente, relajado, en mangas
de camisa, una pierna sobre la otra, en una burla inconsciente, sabiendo que el
virus había espantado a los que, apenas ayer, lo incomodaban”.
Se lamenta el académico que,
“Mientras, el país está en ascuas, temeroso del coronavirus, temiendo que lo
peor toque a la puerta, y apenas luego de unas semanas de la protesta violenta,
el Presidente tiene la ocurrencia de posar ante la estatua del general
Baquedano en un inconsciente acto de provocación y de desprecio. De provocación
ante quienes apenas anteayer, con razón o sin ella, protestaban, y de desprecio
ante los millones de chilenos que se apiñan y esconden en sus casas temiendo
que el virus los alcance”.
“Estúpido acto presidencial”
“¿Qué puede explicar ese estúpido
—no hay otra manera de calificarlo— acto presidencial?”, se pregunta Peña y se
contesta al instante; “No hay otra explicación que un narcisismo cercano a lo
maligno —maligno en un sentido psicoanalítico— del Presidente”.
El rector afirma que “Es una desgracia,
pero ese acto deliberado del Presidente muestra a una personalidad carente de
toda empatía y centrada nada más que en sí misma. Una personalidad que no ve a
quièn tiene al frente, sino que mira a su través. Al verlo posando relajado en
la Plaza Baquedano es imposible no recordar los actos payasescos que cometió cuando
se reunió con Obama o decenas de otros actos similares que la prensa ha llamado
“piñericosas” y que no son actos erróneos, sino inconscientes formas de hacerse
notar”.
Nada de lo que hace Piñera es
accidental, para Carlos Peña, “porque lo que se llaman sus errores no son
tales: son en realidad una forma torcida de hacerse notar. En todos esos actos
hay una ausencia de empatía y de comprensión hacia el otro, hacia el espectador
de esas actitudes para la foto, hacia quienes le miran esperando, a veces
inútilmente, ver a un Presidente, a un sujeto con consciencia de su deber, y
acaban encontrando a alguien preocupado nada más que de sí mismo, de la pose de
la foto, de hacer gracias, de dejarse retratar como quien actúa ante el padre,
imaginando lo que dirán quienes en el futuro —esos otros padres— lo miren”.
“Piñera está centrado en sí
mismo”
Así lo asegura el columnista,
pues afirma que “Mientras la ciudadanía espera a un Presidente preocupado de lo
que amenaza la vida de muchos y al mismo tiempo meditabundo de lo que, con
razón o sin ella, ocurrió en octubre, el Presidente Piñera, despreocupado de
todo eso, inconsciente de todo eso, displicente ante todo eso y centrado nada
más que en sí mismo, se dedica a ejecutar la provocación tonta y el acto inútil
de tomarse una foto, como si lo que le importara fuera eso: no lo que ocurre o
él hace, sino lo que quedará retratado en la foto, como si estuviera perseguido
eternamente por el anhelo de destacar en una escena familiar”.
“El Presidente Piñera se acaba de
superar a sí mismo”, asegura Peña, para quien “Esa foto no retrata su figura
sentada, en mangas de camisa y de piernas cruzadas en la plaza Baquedano, sino
que retrata su personalidad, esa misma que, a pesar de su inteligencia, no
logra domeñar”.
El rector concluye con un llamado
al Presidente a gobernarse, controlarse, pues “Y desgraciadamente es necesario,
mientras esté a cargo de la nave del Estado, que lo haga”.
Tags
NACIONAL