AGRO.- (Claudia Torres - Maule).- Un pequeño oasis en medio
del secano maulino, en la localidad de Pudahuel del sector de Villa Prat,
comuna de Sagrada Familia, está construyendo el pequeño agricultor Bernardo
Herrera de la mano de INDAP.
Usuario del Programa de Desarrollo Local
(Prodesal) y con más de 40 años de oficio, en su predio ubicado en un sector de
riego se dedica al cultivo de hortalizas como lechugas y repollos de distintas
variedades, y en esta época a las sandías, las cerezas, los choclos y el ají.
Hace más de 50 años que su familia mantiene una parcela en
el secano de Villa Prat, la que solo se destinaba a empastadas naturales para
que los animales se alimentaran durante el invierno. Pero hace algunos años le
regalaron seis plantas de cerezo que plantó en el terreno y regó, primero, con
agua potable. Luego, con una pequeña noria que tecnificó a través del INDAP,
alcanzó los 4 mil metros cuadrados de cerezos, que este año le dieron sus
primeros 500 kilos de fruta.
“Nunca pensé que iba a llegar gente de alguna empresa a
comprármelas, porque este año coseché alrededor de 500 kilos. No creí que
hubiera tanto interés por las cerezas. Estoy re entusiasmado por plantar otras
poquitas y gracias a INDAP voy a tener más agua y veré qué pasa”, comenta.
Puntera y productor
El agricultor postuló el año pasado al Programa de Obras
Menores de Riego (PROM) de INDAP y logró construir una puntera de 28 metros de
profundidad que le está permitiendo contar con agua suficiente para ampliar las
posibilidades productivas de su predio por tantos años olvidado.
Las punteras son captaciones verticales de agua, realizadas
a través de perforaciones, que permiten la explotación de agua subterránea en
profundidades que no superan los 30 metros. Su diámetro fluctúa entre 4 y 6
pulgadas y se trata de una alternativa que puede ser cofinanciadas a través de
recursos de los Programas de Riego Campesino de INDAP.
Puntera en Villa Prat ok
A sus cerezas Herrera suma un invernadero de 432 metros
cuadrados en el que está produciendo tomates y pimentones. La idea la trajo de
una gira técnica del Prodesal que realizó a Limache. Allá conoció el cultivo
intensivo de tomates y quiso probar. “Vi unas plantaciones y me entusiasmé. Miré
todo lo que pude, llegué acá y gracias a INDAP tuve un aporte para hacer un
invernadero. No es tan grande, pero para mí es suficiente. Este es el primer
año de producción y creo que voy a alcanzar las 800 cajas de 11 kilos. Ya he
vendido 500 y el precio promedio es de $4.500 por caja”.
Bernardo Herrera sabe que es un privilegiado de contar con
agua para continuar desarrollando la agricultura en Villa Prat. Asegura que la
va a provechar al máximo y que va a continuar trabajando, porque eso es lo que
más le gusta hacer.
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