Esta planta
constituye un hito clave del proyecto apoyado por FIA “Polo territorial de
desarrollo de ingredientes funcionales y aditivos, a partir de granos
ancestrales para la industria alimentaria mundial”,
que es ejecutado por Orafti
Chile y coejecutado por 12 entidades, entre ellas, la Universidad de
Concepción. Se trata de uno de los cinco polos que impulsa la Fundación para la
Innovación Agraria, en el país.
El programa, que se lanzó oficialmente en octubre de 2017,
tiene como objetivo la consolidación de una nueva industria de ingredientes
funcionales y aditivos especializados a partir de la introducción del cultivo
de la quínoa, el alforfón (trigo sarraceno) y otros granos andinos entre las
regiones Metropolitana y de Los Lagos, que también considera el desarrollo de
harinas estandarizadas que servirán como materia prima de una gran variedad de
alimentos funcionales, como pastas, pan sin gluten, galletas, crispis y
concentrados.
Un ingrediente funcional es un componente activo presente en
cualquier materia prima agrícola, que gracias a la tecnología puede ser
extraído e incorporado a otros alimentos otorgándoles propiedades benéficas
para la salud de las personas. Por su parte, los aditivos especializados son
productos como colorantes, preservantes o espesantes que pueden ser extraídos
de materias primas vegetales y constituyen una potente alternativa para
reemplazar ingredientes químicos.
Si bien la inauguración se efectuó el pasado 2 de diciembre,
la nueva línea de procesamiento de quínoa se puso en operaciones en mayo de
este año.
El gerente del Polo Granos Ancestrales de Orafti Chile,
Carlos Avilés, dijo que la planta, tiene una línea de quínoa con una capacidad
de procesamiento de 250 a 300 kilogramos por hora.
La línea de quínoa está compuesta por diferentes equipos,
como despedradora, escarificadora, lavadora, centrífuga y secadores, donde se
extraen las impurezas y la saponina, y un molino, para la elaboración de harina
y concentrado (mezcladas u homogeneizadas).
Tanto Peter Guhl director del proyecto y gerente agronómico
de Orafti Chile, como María Eugenia González, decana de fiaUdeC, invitaron a los emprendedores, a los pequeños
productores y a la comunidad en general, a hacer uso de esta planta y
aprovechar las capacidades técnicas de la Universidad. “Que la gente pueda
venir a hacer pruebas y no se asuste porque tiene que pagar mucho; ésta es una
instalación que solo necesita un pequeño aporte para sostener los costos, todo
el resto es gratuito para las pequeñas empresas”, aclaró el profesional.
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