Alternativas de riego para la lechuga podrían mitigar efectos del cambio climático


AGRICULTURA.- By mundoagro.cl   Junio 27, 2019  Conclusiones fueron presentadas en Italia. Estudio del INIA sobre respuesta al riego de la lechuga se concentró en la región Metropolitana, zona donde está el 79% de la superficie cultivada de esta hortaliza a nivel nacional.

La lechuga es el vegetal más popular en todo el mundo y Chile no es la excepción a esta tendencia. Sus cualidades nutricionales y la opción de consumirla durante todo el año la convierte en la hortaliza de hojas más consumida y con mayor relevancia económica. Sin embargo, el déficit hídrico y el cambio de las temperaturas, como consecuencia del cambio climático, podría limitar su cultivo y, por lo tanto, afectar la respuesta a una demanda que exige alimentos sanos, inocuos y de calidad.

Alertados por esta situación un grupo de profesionales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), buscaron alternativas de riego que ayuden a no mermar el rendimiento comercial de la lechuga, en especial en la región Metropolitana, lugar donde se concentra alrededor de  5.425 hectáreas, equivalente al 79% de la superficie nacional.

Así lo explicó el especialista en riego de INIA La Platina, Dr. Alejandro Antúnez, quién junto al investigador Carlos Blanco, especialista en hortalizas del mismo Centro, durante dos años estudiaron los factores que afectan el rendimiento y calidad de la lechuga tipo iceberg o escarola en Chile (Lactuca sativa L. var capitata), en el clima semiárido del Valle del Maipo. “Al tener raíces pequeñas esta hortaliza es vulnerable a la falta de agua. Por eso, la cantidad de agua aplicada está altamente relacionada con el crecimiento, productividad y calidad de esta especie. Por una parte, es sensible al exceso, porque aumenta el desarrollo de enfermedades fungosas y, por otra parte, es extremadamente sensible al déficit, reduciendo el número de unidades comerciales por deformidades y falta de firmeza del corazón de la lechuga”, señaló Antúnez.



Para llevar a cabo el estudio, ambos investigadores establecieron cuatro tratamientos de riego (con déficit y exceso de riego) y se midieron diferentes aspectos productivos, tales como número y peso de las unidades cosechadas, firmeza del corazón de la lechuga tipo iceberg (o arrepollada), definiendo el rendimiento comercial en cada tratamiento. Estos registros se complementaron con evaluaciones fisiológicas de la planta de lechuga en respuesta al estrés hídrico, que explicaron la sensibilidad de la planta a la falta o exceso de agua en el suelo.

Entre los principales resultados se demostró que la falta de agua impide tener rendimientos comerciales adecuados, afectándose fuertemente la calidad de la lechuga por el desarrollo de unidades deformes y no comerciales. “En época de sequía o falta de agua, se recomienda ajustar la superficie cultivada para no causar estrés hídrico a las plantas. También debe evitarse el exceso de agua, ya que se favorecen enfermedades fungosas que reducen el rendimiento comercial. Para la región Metropolitana, se determinó que un volumen de riego de aproximadamente 1840 m3/ha mediante goteo, determina un máximo rendimiento comercial de lechugas iceberg”, especificó el especialista en riego.

Las conclusiones del estudio fueron presentadas por Antúnez en Matera, Italia, en el marco del IX Simposio Internacional de Riego de Cultivos Hortícola (ISHS), donde se reunieron científicos de Europa, Asia y África, para analizar las tendencias de investigación en torno al riego de este tipo de cultivos. “La presentación y discusión de este tipo de trabajos en un contexto científico internacional, es la mejor forma de validar nuestros resultados, de manera de transmitir estas conclusiones a los productores de la región Metropolitana. De igual modo, nos permite mostrar lo que estamos haciendo y traer nuevas ideas y resultados de investigación aplicada al riego de hortalizas desarrolladas en otras partes del mundo”, detalló el investigador de INIA La Platina.


Lechuga en cifras

El sector hortícola tiene gran importancia en Chile. Según ODEPA, se encuentra en todas regiones con cerca de 34.000 explotaciones, de las cuales casi el 65% son superficies agrícolas menor a cinco hectáreas, lo que indica que este sector está compuesto por gran cantidad de pequeños productores perteneciente a la Agricultura Familiar Campesina (AFC).

De acuerdo a la misma fuente, la superficie hortícola nacional alcanzó 77.220 hectáreas el año 2018 y el 84% se encuentra entre las regiones de Coquimbo y del Maule. Las hortalizas con mayor superficie cultivada son el choclo, la lechuga y el tomate para consumo fresco, con participaciones de 13%, 9% y 7% del total país, respectivamente.

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