REGIONES .- By Sofía del Río y Bárbara Matus Febrero 27, 2019 Proyecto destinado mayoritariamente a regadío, inundará 1.700 hectáreas cordilleranas.
Pese a que no han dado ni siquiera el primer palazo, el proyecto del Embalse Punilla, en la Región de Ñuble, ya desató una enconada lucha entre los actores locales. Esta tarde el presidente Piñera viajará a la región —donde permanecerá dos días— para presentar el “Plan Ñuble” y uno de los anuncios será que a mediados de año se iniciarán las obras de construcción del postergado embalse que se alimentará del río Ñuble.
La construcción de la obra (de la cual se viene hablando hace más de 80 años) ha generado —desde su licitación en 2016— permanentes cuestionamientos de los ambientalistas regionales, protestas ciudadanas y acciones legales.
“La magnitud de los impactos negativos que tiene este embalse para la flora y fauna de la zona es irreparable e irreversible. Es una territorio que la Unesco declaró Reserva Mundial de la Biósfera. El huemul, protegido por ley porque su conservación está en estado crítico, está presente solo en la Patagonia y en este sector, justo donde intervendrá el embalse. Ahí hay una comunidad de huemules, conocidos como «huemules de los Andes», que es la última comunidad de huemules que no son de la Patagonia. Son cerca de 40 o 50 ejemplares”, explica Ignacio Chianale, presidente de la ONG «Ñuble Libre».
El activista también pertenece al movimiento regional “Ñuble se hunde”, agrupación que anunció por redes sociales una manifestación pacífica y familiar que pretenden realizar mañana en la explanada de la intendencia. “Se está analizando si se les da o no el permiso, pero nosotros creemos en la democracia y en la libertad de expresión”, dijo el intendente de la región, Martín Arrau.
Temas legales
La obra, impulsada por el Ministerio de Obras Públicas a través de la Ley de Concesiones, será el estanque más grande que se construiría en los últimos 40 años para riego y proyecta una inversión total cercana a los 600 millones de dólares.
Estará emplazada a 30 kilómetros aguas arriba de San Fabián de Alico (pueblo cordillerano a 75 kilómetros de distancia de Chillán) y tendrá a capacidad de almacenamiento que llega a un volumen útil de 600 Hm. cúbicos; una potencia máxima entre 60 y 94 MW y un muro de 500 metros de ancho por 136 metros de alto. Se estima que inundará 1.700 hectáreas.
Pero no solo hay cuestionamientos ambientales en torno al proyecto. También se ha criticado la forma en que la empresa a cargo de la obra —Astaldi, la misma que fue sacada de la construcción del hospital Félix Bulnes en Santiago— ha llevado a cabo el plan de desarrollo social del proyecto.
Ello porque en noviembre diez familias fueron desalojadas de un terreno donde se realizaría la instalación de faenas, sin proveerles soluciones para su relocalización. Por ello, las familias acudieron al Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia que suspendió los desalojos y determinó que la empresa debía devolver a los demandantes los bienes inmuebles que les fueron expropiados. “Hay un incumplimiento severo de la empresa que fue constatado por el Tribunal Ambiental, lo que dejó paralizado los avances del proyecto. Reconocemos que existe una problemática hídrica a resolver, pero queremos una solución que a la vez se preocupe de uno de los pocos territorios que le queda a la región con este valor ecológico tan grande. Este es un proyecto con una lógica del siglo pasado, con estudios de impacto ambiental del año 2004. Queremos una evaluación coherente con el año2019” explica Chianale.
Uno de los temas que pretende solucionar el embalse es el problema de la sequía de la zona, además de la generación eléctrica en menor medida. “Como agricultora, velo por los regantes. Eso es lo que a mí me conmueve, me interesa y desespera”, dice la presidenta de la Junta de Vigilancia del río Ñuble, Margarita Letelier.
Cuenta que muchas de las personas del sector que tenían tierras tuvieron que abandonarlas o venderlas por la ausencia de agua, ya que no había con qué alimentar a los animales o regar plantaciones, por lo que cree que la obra será una gran ayuda.
El ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, señaló en su visita a la zona (en diciembre pasado) que “este es un proyecto sumamente importante para los regantes del río Ñuble, para la región entera y para el país. Es un proyecto que va a generar mucho empleo durante su construcción y después de su construcción, porque va a mejorar fuertemente la seguridad de riego y en consecuencia a la agricultura”.