Este lunes volverán a Chile el obispo de Malta, Charles Scicluna y el sacerdote español, Jordi Bertomeu,
ambos integrantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el propósito de investigar la situación del ahora exobispo de Osorno, Juan Barros.
Sin embargo, la visita de las autoridades católicas también servirá, según fuentes al interior del Vaticano, para revisar otros casos de abusos sexuales y de poder vinculados al clero, no solamente relativos al caso Karadima.
De esta forma, y según publicó el diario La Tercera, Scicluna y Bertomeu, se darían a la tarea de investigar un caso similar al de “La Familia” detectado en Rancagua, y que involucró a un cúmulo de religiosos de la región de O’Higgins, solo que desarrollado en Chillán.
Según lo informado por el matutino nacional, entre 1990 y 1994 se habría generado un esquema de similares características en la capital de la región de Ñuble, donde una decena de sacerdotes habrían participado en fiestas pagadas con menores de edad.
Sin embargo, este último caso sería el más complejo de estudiar, puesto que no existen testimonios y, por tanto, la iglesia estaría recurriendo a la PDI para solicitar informes sobre las denuncias.
En el período antes mencionado, la diócesis de Chillán estuvo a cargo del obispo Alberto Jara.
Cabe recordar que La Discusión, hace algunas semanas, publicó una serie de casos de abusos, específicamente los perpetrados por el exobispo Francisco Cox, quien fue evidenciado la semana pasada por el chillanvejano Abel Soto, quien relató al diario The Clinic, las tocaciones y acosos que sufrió por parte del prelado.
Otra de las denuncias locales, tiene relación con el excura Jorge Baeza, quien fue separado de sus funciones a mediados de la década del ‘90, tras conocerse sus perversiones sexuales, para las que utilizaba a jóvenes de la alta sociedad chillaneja de la época.