Un 49% de evaluación positiva y un 67% de conocimiento alcanzó el senador Alejandro Guillier
en la encuesta Cadem-T13, que lo situó en tercer lugar después de Giorgio Jackson y Gabriel Boric.
Sin embargo, a diferencia de ambos
diputados ex dirigentes estudiantiles, que no tienen edad aún para
competir en una elección presidencial, según la encuesta, Guillier es el
político mayor de 35 años —mínimo etáreo que exige la Constitución para
postular a la Presidencia— que tiene la mejor opinión pública.
El periodista, sociólogo, masón y
senador independiente por la región de Antofagasta, ya ha sido vitoreado
por el PRSD como carta presidencial en un cónclave radical del 6 de
abril. De hecho, el legislador, quien es hijo un militante radical,
desde el año pasado está recorriendo el país para apoyar candidatos
municipales de ese partido. No obstante, dado sus niveles de popularidad
—que cultivó por sus años televisión—, Guillier también pidió al PRSD
tener libertad de acción para apoyar a postulantes alcaldicios de otras
colectividades de la Nueva Mayoría. Prueba de ello, fue un congreso de
concejales en Puerto Varas, realizado en marzo pasado, donde algunos
ediles del PS pidieron fotografiarse con él.
Un cercano al senador dice que él no se
niega a ningún desafío, pero que es realista y que por ahora sólo está
sondeando el escenario. En privado Guillier —dicen sus cercanos—, ha
comentado estar conciente de que su antiguo paso por televisión, donde
incluso llegó a ser el periodista más creíble de los noticieros, es
ventajoso, pero aún hay mucha gente que no lo conoce en su nueva faceta
como político. De hecho, suelen sorprenderse cuando él les comenta que
es senador.
Figura emergente, pero...
Para el director de Cadem, Roberto Izikson, Guillier "está más bien partiendo, es un emergente, y está asociado a personajes políticos no tradicionales, como Boric y Jackson". "Su punto débil es cruzar la frontera de conocimiento con los otros presidenciables. Tiene una interesante proyección política, pero es difícil pensar en él en 2017. Se le aprecia más como periodista connotado que como político con trayectoria..., también puede tener algo de suerte y estar en el lugar indicado, como subirse a un tanque (Bachelet) o rescatar a los mineros (Golborne)".
Para el director de Cadem, Roberto Izikson, Guillier "está más bien partiendo, es un emergente, y está asociado a personajes políticos no tradicionales, como Boric y Jackson". "Su punto débil es cruzar la frontera de conocimiento con los otros presidenciables. Tiene una interesante proyección política, pero es difícil pensar en él en 2017. Se le aprecia más como periodista connotado que como político con trayectoria..., también puede tener algo de suerte y estar en el lugar indicado, como subirse a un tanque (Bachelet) o rescatar a los mineros (Golborne)".
El analista, Carlos Correa, ex director
Secom, cree que "Guillier tiene que apuntar a los ciudadanos
despolitizados, pero con sensibilidad progresista, a gente que le gusta
Revolución Democrática, a quienes votaron por Bachelet y a los que ahora
están está molestos con el PPD". "Es más el mundo de los ciudadanos,
progresistas, pero que están fuera de los partidos como tal", dice.
El cientista político de la UDD, Miguel
Ángel Fernández, afirma que Guillier al ser un senador nuevo y el haber
estado a cargo de un noticiero con mucha audiencia, "es una figura que
no se le identifica 100% con política y la gente no hace el link
Guillier-Nueva Mayoría". Sin embargo, advierte que "la experiencia y
sabiduría en política es algo que la ciudadanía terminan dilucidando en
la decisión del voto". "En todas las encuestas CEP, el candidato que
tiene el mayor porcentaje de preparación para ser presidente, es el que
termina ganando la elección. Eso a ME-O y a Parisi los golpeó". "En el
contexto histórico puede saltar como candidato porque tiene un discurso
de descentralización, pro sustentabilidad y es un gran comunicador. Pero
igual la gente prefiere un candidato conocido al por conocer, alegamos
en la calle, pero al final no queremos tantos cambios", dice.
Por Maximiliano Arce y Claudio Salinas