Este fin de semana por fin se dio una señal oficial de precios para la uva vinífera de Ñuble, al confirmarse,
a través de la consultora que da
asesoría técnica a los pequeños viñateros de Quillón, Amparo Guíñez, que
en el nuevo centro de acopio de la cooperativa que agrupa a los
productores de la comuna, se pagará a $80 por la variedad blanca
Corinto.
En la semana entrante, en tanto, se
espera conocer el precio de la Moscatel de Alejandría o Italia, que
debería ser mejor que el de la Corinto (ambas cepas son blancas) y
posiblemente el valor que se pagará por País, que es uva tinta. En esta
ultima variedad, según el presidente de la Cooperativa de Quillón Carlos
Valenzuela, gracias a la negociación de los productores con la Viña
Concha y Toro, se logró que se considere la compra de una cantidad que
inicialmente sería limitada y que no se había considerado.
Con esto quedan atrás apreciaciones de
personalidades locales ligadas al vino que estimaban, que los precios
iban a partir en $40 o $50. Según Amparo Guíñez, es habitual que los
valores que se dan a inicios de temporada muestren algún repunte en el
transcurso de la vendimia, por lo que hay optimismo.
La partida de la vendimia 2016, para la
que se prevé un año malo según los productores, encuentra al gremio de
viñateros que venden sus uvas a la gran industria en mejor pie y más
organizados, luego de un trabajo de cerca de dos años en la Mesa
Regional del Vino.
Una de las diferencias será la
existencia de cuatro centros de acopio, administrados por productores de
uvas, que comprarán en las comunas de Quillón, Portezuelo, San Nicolás y
Coelemu. Estos centros fueron impulsados en la mesa local con
financiamiento a través de Indap y tienen por objeto disminuir la
asimetría existentes entre los productores y la industria, ya que al
contar con un volumen interesante, pueden tener mejor posición al
negociar con la industria del vino.
Se estima que en las variedades
tradicionales, según el académico Ignacio Serra de la Universidad de
Concepción, en la zona se cultivan del orden de 14 mil hectáreas de uva
País y Moscatel de Alejandría, de las cuales la mayor parte está en
Ñuble. En los catastros que lleva el SAG figuran menos hectáreas debido a
innovaciones en la forma de inscribir las existencias de vid, donde se
requiere la declaración de los propietarios de viñedos.
CRISIS DE LA UVA
A pesar que la crisis de la uva no es algo nuevo, el Gobierno ha determinado apoyar a este sector de la producción local, para una nueva estrategia de potenciar las cepas del Valle del Itata. Para ello se ha construido una vía de común acuerdo con los productores que abarca tres frentes, el principal que es potenciar al vino de las cepas locales (Moscatel de Alejandría, País, Cinsault, Carignan y Corinto principalmente).
A pesar que la crisis de la uva no es algo nuevo, el Gobierno ha determinado apoyar a este sector de la producción local, para una nueva estrategia de potenciar las cepas del Valle del Itata. Para ello se ha construido una vía de común acuerdo con los productores que abarca tres frentes, el principal que es potenciar al vino de las cepas locales (Moscatel de Alejandría, País, Cinsault, Carignan y Corinto principalmente).
Lo anterior implica una gran inversión y
un trabajo de largo plazo. En este aspecto contempla mejora de la
infraestructura en bodegas y maquinaria, además de asistencia técnica,
giras de prospección de mercado (como el reciente viaje al sur de
Francia de un grupo de viñateros) según explicó Andrés Castillo,
director regional de Indap.
Otra iniciativa, donde se encuadra la
implementación de los centros de acopio, y que considera toda una
estrategia para pasar de la venta de uva genérica a un producto de
calidad, apunta a los viñateros que venden su uva a las grandes viñas
nacionales. Se están haciendo esfuerzos para que la iniciativa, tanto
para quienes vinifican como para los que entregan su uva, se fortalezca a
través de un levantamiento de las características de cada zona vinífera
de la región, que en jerga viñatera se denomina "terroir". La idea con
esto es que se definan las cepas que pueden mostrar mejor expresión en
estas latitudes, con las condiciones de luminosidad, clima y otros
parámetros.
Un tercer grupo está inclinado a pasar
de ser productor de uva vinífera a producir fruta para el consumo. Para
ello se están determinando parámetros técnicos de podas y manejo de la
uva, que les permita buenos rendimientos y calidad del producto para uva
de mesa. Justamente por estos días ya se pueden ver en la feria de
Chillán primores de uva Italia o Moscatel de Alejandría de la zona, que
se comercializa a público a $600.