Uso o abuso de la veredas en San Carlos

El "Comercio Estacionado en Via Pública" ha ido en aumento y si bien puede tratarse de casos sociales

que autoriza el alcalde, en algunos puntos resulta un abuso el exceso de kioscos y puestos y el tamaño de los mismos.
Las distintas categorizaciones en materia de comercio ambulante, establecen diferencias en términos del tipo de actividad que se realice en la vía pública. Por una parte, se entiende por "Pequeño Comerciante", la actividad comercial que realiza una persona natural, ya sea prestando servicios o vendiendo productos de manera estacionada o ambulante en la vía publica.
Se entiende por "Comercio Ambulante", toda actividad comercial que se ejerza por personas naturales en la vía publica, calles, pasajes y sitios similares, con canastos o cajas que permitan la movilidad del comerciante.
Se entiende por "Comercio Estacionado", toda actividad comercial que se ejerza por personas naturales en la vía pública, calles, pasajes o sitios similares. Entonces identificados como Comercio Estacionado, la proliferación de este tipo de comerciantes, ha venido a ocupar un espacio urbano fundamental, como son las veredas peatonales. Este tipo de permisos es de exclusivo arbitrio de los alcaldes de turno y por lo mismo no tienen una normativa o regulación que permita su control. Esta situación se ha escapado de las manos en muchas ocasiones en distintos municipios, cabe recordar lo acontecido en la comuna de Santiago y recientemente en Chillán en donde se ha producido una verdadera revolución ciudadana en torno al tema.
La situación de los Comerciantes Estacionados, que ocupan lugares comerciales privilegiados, que no emiten boletas, que claramente van en desmedro del comercio establecido, queda la sensación que está fuera de control. Como muestra un botón, baste con recorrer calle Independencia vereda oriente, entre Diego Portales y Joaquín del Pino, no menos de 12 kioscos de grandes dimensiones ocupan gran parte de la vereda y dejan un pequeño espacio por donde transitan dificultosamente los transeúntes: "Esto no es nuevo, no crea que tiene que ver con estas fiestas de fin de año, es todos los días lo mismo..." nos dice la señora Fresia Contreras, que pasa con dificultad por el estrecho pasillo acompañada de su hija.
Es evidente que el problema debe ser abordado de manera responsable y criteriosa, ya que hay casos que seguramente tienen justificación, mientras, por otro lado la falta de una organización potente por parte de los comerciantes establecidos, ha facilitado este tipo de actividad comercial, sin una regulación adecuada.

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