Productores advierten un leve crecimiento de la demanda de este sector
productivo, que tuvo un bajón fuerte el año pasado, debido a varios factores.
Carlos Smith y Marcelo San Martín, los
productores de semillas de exportación más antiguos de la zona, comentaron que
en el mundo se ha producido un sobrestock de semillas y que esa es la principal
razón de lo que está ocurriendo. Ambos estiman que mientras se libera el
mercado, el rubro continuará complicado en el país.
La situación es grave, ya que luego que Chile
el año 2013 logró un récord de exportaciones, con 651 millones de dólares,
convirtiéndose en el quinto exportador de semillas del mundo y el primero del
Hemisferio Sur, el mercado ha caído en cerca de un 70%.
Para capear esta crisis, Smith comenta que ha
diversificado su producción semillera y crecido en otros rubros, lo mismo que
San Martín, quien ha optado por trabajar en maíz de grano, aumentar en trigo y
remolacha. Lo lamentable de esto es que ambos se han especializado en el área y
han invertido en maquinaria y tecnología para ser competitivos en el rubro.
También los productores precisan que la subida
del valor del dólar respecto al peso, que tanto esperaron, ya no les será de
utilidad puesto que los precios internacionales de las semillas están bajos por
el alto stock, en tanto que los insumos se les han encarecido por el alza del
dólar.
Carlos Smith afirma que Chile también se había
convertido en un país caro para las grandes firmas semilleras, por lo que éstas
optaron por producir más en áreas más baratas y mantener en ambiente controlado
la semilla, con costos competitivos.
Otra situación que también afectó al mercado
chileno, aunque en menor proporción, fue la huelga portuaria de 2013, que tuvo
impacto en la imagen del país y que causó demoras en el transporte de semillas
a su destino, lo que es fatal, porque es un negocio donde se trabaja con
pedidos y tiempos estrictos.
Los productores estiman que el mercado podría
recuperarse en un par de años y agregan que en la producción mundial y en la
industria chilena, hay cierto optimismo respecto al futuro.
Certificación SAG
Lo mencionado por los productores fue
corroborado en la reunión del SAG, donde se dio cuenta que la superficie de
semilleros ha disminuido en los últimos dos años, producto del stock
internacional. La temporada 2014-2015 la superficie sometida a certificación
llegó a 14.855 hectáreas, lo que
representó una disminución de 60% respecto a la anterior, la cual tiene como
principal causa la menor superficie de semilleros de maíz, la que tuvo una baja
de un 80% respecto a la temporada anterior.
El director del SAG de Bío Bío, Jaime Peña
Cabezón, informó que la certificación de
semillas, que es un proceso voluntario,
tiene como finalidad que la agricultura nacional cuente con materiales
de multiplicación comprobadamente sanos, garantizando la identidad y pureza
varietal, facultad germinativa y calidad sanitaria, contribuyendo así al aumento
de la productividad y sustentabilidad de los cultivos, además de facilitar el
comercio interno y externo.
Para asegurar la identidad varietal y pureza
de las semillas, el productor debe cumplir
con la Norma General y Normas Específicas de certificación de semillas
definidas para las principales especies o grupos de especies agrícolas:
cereales, lupino, maravilla, papa, raps, remolacha, soya, ajo, leguminosas de
grano grande, maíz, sorgo, forrajeras gramíneas y forrajeras leguminosas. Estas
normas se encuentran armonizadas con los principales sistemas internacionales y
con los acuerdos bilaterales específicos, como es el caso de Argentina.
En esta tarea el servicio ha sido muy
efectivo, según precisó el productor
Carlos Smith: “El SAG es una institución creíble, que da confianza”.
Agregó que además hace un trabajo de fiscalización y certificación, da garantía
a los países que reproducen sus semillas aquí, lo que es un respaldo para los
productores.
Los interesados en inscribir sus semilleros
para obtener la certificación del SAG deben
presentar la solicitud de inscripción en las oficinas SAG que
corresponda a la ubicación del semillero, además de las etiquetas oficiales,
croquis de ubicación y descripción varietal de la semilla a certificar.