Francisco Aravena, un hortelano citadino
A poco más de 5 cuadras del centro de San Carlos, cultiva
frambuesas y cebollino. De oficio trabajador de la construcción a sus 75 años
ahora dedica todo su tiempo como hortelano.
Francisco Aravena vive a poco más de 5 cuadras del
corazón de San Carlos, vive solo producto de su viudez, desde hace 30 años.
Tiene una casa ubicada en General Venegas 858, que construyó con sus propias
manos: “Yo he hecho de todo en mi vida, soy de origen campesino, nací en el
“Fundo Cuadrapangue” en el sector Quilelto, cerquita de San Carlos, de allá me
vine a los 15 años y comencé a aprender el trabajo de la construcción, en donde
estuve por 50 años… siempre he aprendido con mucha facilidad y es así como he
trabajado en todo cuanto fuera necesario y posible, limpié canales, coseché
lentejas, construcción, en fin… todo cuanto fuera necesario para mantener a mi
mujer y mis 5 chiquillos” nos dice don Francisco.
Vive en una casa con un amplio patio que aprovecha para cultivar. Por varios años tuvo frambuesas, que vendía kilo a kilo en la puerta de su casa
y los últimos 2 años los ha dedicado al cultivo de cebollino. “El año pasado
estuvo muy buena la venta de cebollino y este año por lo que sé, va a estar
mejor. Mucha gente ha pasado preguntando por mi cebollino” nos dice.
Día tras día dedica gran parte de su tiempo al cultivo de la
tierra. “Momento que tengo lo dedico al cuidado de mi cebollino, esto necesita
mucho trabajo, mucha limpieza, aporcar permanentemente, para que de esa forma
crezca sano y fuerte… ahora todo mi tiempo lo dedico a esto, ahora no estoy en
condiciones físicas para subirme a un andamio o una escalera, por lo mismo dejé
de trabajar en construcción y me dediqué completamente a esto, que francamente
me gusta mucho más que la construcción. Estar cerca de la tierra todos los días
me hace bien” comenta con un grado de satisfacción.
La agricultura de subsistencia ha sido una apuesta de
distintos gobiernos. La agricultura familiar campesina representa para nuestro
país un ámbito de gran importancia. En cierta medida el trabajo de hortelano de
don Francisco, reivindica la agricultura a escala mínima, como una manera de
subsistencia y también en gran medida como una forma de mantener costumbres de
gran arraigo en nuestra comuna, que es netamente agrícola en su dinámica de
identidad.