"Queremos comprometernos en la
construcción de un Chile más fraterno y justo, que sea esa "copia feliz
del edén, anhelada por todos" se dijo la noche de este jueves en el inicio del Te Deum o servicio religioso
de acción de gracias por la Patria.
Con varios minutos de atraso esperando que
llegara el alcalde Gebrie, comenzó ayer el Te Deum, al que concurrieron algunas autoridades y representantes de la
comunidad.
Oficio religioso que estaba programado con
antelación y que forma parte del programa oficial de celebraciones de Fiestas
Patrias.
El alcalde se unió a la ceremonia cuando esta ya había comenzado
y en la primeras filas habían solo dos concejales y parte de las autoridades
que siguieron con respeto la ceremonia
destinada a elevar plegarias por la patria y sus hijos.
En esta ceremonia dedicada a orar por la Patria , se leyó una
parte de la carta de San Pablo a su discípulo Timoteo, en ella le enseñaba cómo
tenía que ser una oración pública. Se debe orar por todos, por las autoridades,
con recta intención y no para sí. La oración tiene una dimensión social. Se ora
para que entre los miembros de la comunidad y de la sociedad exista tranquilidad
y paz, se dijo.
En su Homilía el párroco Luis Flores, estuvo
en sintonía con lo expresado por el Obispo Pellegrin y también hizo un especial
llamado a recomponer las confianzas, frente a la compleja realidad que
actualmente atraviesa el mundo de la política, la economía, y las instituciones
a todo a nivel.
El párroco Luis Flores hizo un recuerdo de los compatriotas que
sufrieron el terremoto en el norte. "Nuestra oración por las víctimas y
por los que perdieron sus bienes y también por aquellos que esta catástrofe
trastocó sus ritmos y sus planes".
También la autoridad religiosa local, se refirió a la necesidad de superar el
actual nivel de desconfianza: "En nuestra sociedad, en nuestro país hemos
sido testigos cómo la paz se ha ausentado de la convivencia, de las discusiones
y no está en el ambiente en general. Lo que encontramos es una desconfianza
generalizada. nadie parece creer a nadie. No se cree a las autoridades
religiosas, han perdido credibilidad, no se cree en los políticos, en los empresarios.
Así no podemos vivir. Esto atraviesa todos los sectores, a veces se da en la
familia, los padres no creen a los hijos, los hijos no creen en sus padres, los
enfermos desconfían de los médicos. En medio de esa desconfianza los creyentes
y la fe pueden ser un gran aporte. Chile necesita de la fe y de los creyentes.
Si creemos en los demás también nos abriremos a creer en Dios que nos quiere
felices".
En el momento del saludo fraterno encontró en la misma fila al alcalde Gebrie y
al concejal Guzmán quienes se brindaron
un breve abrazo.