Los números tras los cultivos más rentables de la zona

Entre 4,7 y 20 millones de pesos por hectárea puede marginar un productor orientado a la exportación de fruta fresca.
La agricultura, rápidamente, ha pasado de ser una actividad de agricultores a una interesante área de negocios para inversionistas. Es por ello que vastas extensiones de las regiones de Valparaíso, Metropolitana, de O’Higgins y también del Maule, han pasado a manos de grandes empresas que buscan optimizar los rendimientos y obtener los mejores precios.
Para ello, la investigación, la aplicación de tecnologías en riego y manejo de cultivos, la innovación, el desarrollo de variedades más resistentes y de mayor rendimiento, el uso de agroquímicos, el aumento de la mecanización y el aprovechamiento de los rendimientos de escala han sido factores clave para mejorar los números en un sector que tradicionalmente exhibía resultados mediocres.
En ese sentido, en la Provincia de Ñuble se observa un proceso de cambio paulatino, caracterizado por la incorporación de nuevos cultivos orientados a la agroindustria y la exportación, así como el cambio de propiedad de la tierra.
El negocio agrícola ha dejado de ser de subsistencia, y los cultivos anuales tradicionales menos rentables están dando paso a otros con resultados más atractivos y con gran potencial de crecimiento en la zona.
Empresas consultoras, entidades de investigaciones, productores grandes, medianos y pequeños, pero principalmente emprendedores, han advertido la mayor rentabilidad de algunos cultivos en la zona, que año tras año ganan terreno, como los arándanos, las frambuesas, las cerezas, los kiwis, las manzanas rojas, las avellanas europeas, la castaña chilena, algunas hortalizas, la frutilla, y dos cultivos industriales de gran importancia: la achicoria y la remolacha.
Achicoria
Más allá del conflicto por los precios a pagar a productores, la achicoria es uno de los cultivos más rentables de Ñuble, con un rendimiento promedio de 52 toneladas por hectárea, que bien puede bordear las 60 toneladas, dependiendo del manejo y el suelo, lo que incluye el riego.
La empresa Beneo-Orafti es el único poder comprador de este tubérculo que se utiliza para la elaboración de inulina, y hasta el momento, el precio a productor es de $38.500 por tonelada.
Considerando un costo equivalente a 32 toneladas por hectárea, se puede obtener un ingreso promedio de $500 mil por hectárea.
Remolacha
Un escenario similar es el que se observa en el caso de la remolacha, materia prima de la industria azucarera chilena, cuyo único poder comprador es Iansa.
Tal como ocurre con la achicoria, los precios son establecidos mediante contratos con los productores, aunque en los últimos años la empresa ha ido comprando grandes predios para establecer sus propios cultivos, un fenómeno que no es bien visto por algunos dirigentes remolacheros, dado que constituye una integración vertical que en el largo plazo podría afectar la libre competencia y aumentar el poder monopólico de la compañía en la zona, con un efecto negativo en los precios.
En la temporada 2013-2014, el rendimiento de la remolacha promedió las 90 toneladas por hectárea, aunque se prevé aumentar a 97 toneladas como promedio a partir de la incorporación de riego tecnificado, que hoy es un utilizado por un 64% de los productores de Ñuble y la tendencia va en aumento.
Actualmente, el precio que se paga es de $32.200 por tonelada limpia de remolacha, y si se considera un costo equivalente a 70 toneladas, el retorno para el productor alcanza a $644 mil por hectárea, aproximadamente.
Arándanos
El rubro de los berries ha demostrado ser altamente rentable y se ha transformado en uno de los pilares de la industria frutícola exportadora, tanto en frescos como en congelados, y en su variante orgánica.
Si bien los berries se cultivan en la zona central y centro sur del país, las condiciones de suelo y clima en la Provincia de Ñuble son especialmente aptas para los arándanos, frambuesas y cerezas, aunque también existe un desarrollo menor de las frutillas y un gran potencial para las moras y los maquis.
De hecho, Ñuble, con cerca de 2.200 hectáreas de cultivos concentra la mayor superifice de arándanos del país.
En la temporada 2014-2015, los retornos a productores de arándanos frescos bordearon los US$3 por kilogramo, lo que es considerado un buen precio.
Según la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), al quinto año de establecido el huerto, una hectárea de arándanos puede rendir del orden de los 6 mil a 7 mil kilogramos, cifra que aumentará en los años siguientes.
De acuerdo a lo anterior, en el quinto año se pueden generar ingresos del orden de $13,5 millones por hectárea, pero también los costos son elevados, ya que se estima que los costos directos pueden alcanzar en el quinto año a los $6 millones por hectárea, con un margen bruto cercano a los $8 millones. Descontando los costos indirectos, el monto se reduce a $4,7 millones.
Lo anterior es altamente variable, pues dependerá del tipo de cambio y el precio pagado en destino, muy dependiente de la fecha en que se exporte.
Cerezas
Pero la fruta que está en pleno apogeo es la cereza, gracias a la creciente demanda por parte de los mercados asiáticos, especialmente de China.
Esta fruta es particularmente sensible a los fenómenos climáticos, como las heladas, por lo tanto, los rangos de rendimiento por hectárea son muy variables. Pero así como supone un alto riesgo y también altos costos de producción, principalmente por el uso de mano de obra, tal como ocurre con los arándanos y las frambuesas, las rentabilidades pueden llegar a ser muy altas también.
En Ñuble, el rendimiento por hectárea puede variar entre 8 y 12 toneladas.
Bajo el supuesto de plena producción y con un rendimiento de 12 toneladas por hectárea y un precio a productor de US$5 por kilogramo de cereza fresca, considerando el valor que se pagó en la temporada 2014-2015, los márgenes de utilidad pueden llegar a ser bastante atractivos.
Los ingresos por hectárea pueden bodear los $24 millones, menos los costos directos, indirectos y otros gastos operacionales, la utilidad neta a productor será del orden de los $20 millones por hectárea.
Conviene mencionar que estas cifras están calculadas al décimo año, sin considerar la inversión inicial, que puede bordear los $16 millones para una hectárea con tecnología media, según el estudio del Indap elaborado por la consultora Asagrin.
Frambuesas
La zona precordillerana de Ñuble ha mostrado muy buenos rendimientos en los cultivos de frambuesas, que también entre las vedettes de la agroindustria local.
Las exportaciones de frambuesas congeladas representan el mayor volumen en esta especie y el mercado de mayor importancia es el de Estados Unidos, al igual que para la fruta fresca.
Se estima que un 12% de la producción nacional se destina a la exportación en fresco, un 83% a la agroindustria exportadora (congelados, jugos concentrados), y tan solo un 5% para el mercado interno en fresco, por lo que los retornos dependen de muchas variables, como el tipo de cambio, el volumen de la oferta internacional y el destino, donde la fruta fresca se paga a precios muy superiores.
Las producciones que se pueden obtener a partir de la segunda cosecha (tercer año de la plantación) pueden llegar a 18 mil kilogramos por hectárea y se pueden obtener cosechas regulares hasta los 10 años de producción de la plantación.
Al igual que la cereza, es una fruta muy sensible a las variaciones climáticas y requiere de un manejo delicado en su cosecha y poscosecha, lo que supone altos costos.
En la temporada 2014-2015, el precio pagado a productor bordeó los US$2 por kilogramo, por lo que los ingresos por hectárea llegaron a los 36 mil dólares ($23 millones), sin embargo, los costos también han ido creciendo, y según Odepa, bordean los $5 millones por hectárea, lo que deja un margen bruto (excluye costos indirectos) de $18 millones como valor aproximado.
avellano europeo
Si bien la superficie plantada de este fruto es aún pequeño en la provincia, sus proyecciones de crecimiento son altas, dada la creciente demanda internacional en la industria de los chocolates y los snacks.
Entre las principales virtudes de este cultivo destacan el bajo consumo de agua y el bajo costo en mano de obra -lo que determina costos de mantención del orden de 1 millón por hectárea- y su gran adaptabilidad al suelo y clima de Ñuble, aunque se debe considerar un costo de inversión no muy bajo, que puede llegar a los 3,7 millones de pesos por hectárea.
Otro elemento a favor es que el huerto entra en su producción plena al tercer o cuarto año.
Según el productor de Ñuble, Nicolás González Lahsen, con un rendimiento de 4 toneladas por hectárea y un retorno a productor del orden de los US$6 por kilogramo, los ingresos por hectárea en plena producción pueden superar los $15 millones, lo que descontados los costos directos dejan un margen bruto de $14 millones aproximadamente.

fuente:ladiscusion.cl

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