Podría dejar
secuelas difíciles, señalan productores
Poco sonríen los
maiceros por estos días, ya que la temporada termina o con pérdidas o con menos
ganancias de lo esperado para todos los productores. Esto porque los rindes
bajaron del orden del 20% debido a la sequía y las altas temperaturas y a ello
hay que sumar que los precios bajaron entre 12 y 15%. Finalmente, el oscuro
panorama lo completó la baja del dólar en los últimos días.
El sancarlino Fernando
Jeldres, dirigente y productor de maíz, confirmó que la cosecha está a punto de
término y que los resultados son muy malos. “Para la agricultura hay dos fechas
claves que son el 28 de febrero y el 30 de mayo, cuando se deben cumplir los
compromisos de los principales cultivos de la zona como trigo, avena,
achicoria, remolacha y maíz entre otros. Con los resultados del maíz y del año
en general el tema se complica”.
El dirigente afirma
que además de todo el panorama ya señalado hay que sumar otra baja de 7 pesos
que no se está reflejando en el mercado, debido a la sobreoferta del tiempo de
cosecha, que aprovechan las empresas para castigar el valor a productor.
En su caso afirma
que los costos son sobre 120 qq/ha y que estima que muchos de sus pares van a
salir para atrás. Con rendimientos buenos, señala, los márgenes por hectárea
son del orden de $280 mil.
Reconoce que hay un
problema a nivel internacional. “Pero con estos valores el maíz se vuelve poco
viable y repercute en otros productos como las hortalizas, que aumentan en el
norte y se caen los precios de productos como cebollas, papas, pimentones. Se
produce un desbarajuste”.
Añade que lo
lamentable es que no hay alternativas, ya que la remolacha y achicoria son
cultivos limitados. Los semilleros que eran una buena opción se cayeron esta
temporada y tampoco son alternativa para el maíz que se usa para suelos más
pesados. Solo queda rotar con trigo, que es una apuesta a menos costos. “Lo
malo es que en general la tendencia internacional de los comodities es a
precios bajos”.
Las alternativas
Julio Trucco,
ejecutivo de Copeval, comparte los juicios del productor y observa con
preocupación lo que está pasando, ya que en estas condiciones los productores
no pueden cumplir con todos sus compromisos de créditos y deben reprogramar en
base a otros futuros ingresos incluso contra las siembras de la otra temporada
lo que es muy complicado y baja las intenciones de siembra.
También comparte
que las alternativas son pocas en lo que respecta a cultivos tradicionales. Ve
que esta situación acelera la entrada de inversionistas de otros orígenes a
adquirir tierras para fruticultura por ejemplo, nogales, cerezos e incluso
arándanos, temas en que los que agricultores tradicionales son reacios, porque
es un negocios arriesgado que no
manejan.
En todo caso estima
que aún hay productores maiceros que pueden mantenerse en la pelea, ya que si
bien en los costos no hay ya por donde recortar, si hay una brecha
significativa en los rindes que se pueden obtener con el producto, que es el
único de la zona que se puede establecer como monocultivo, por sus
características especiales que no obligan a una rotación.
En todo caso señala
que esta alternativa es solo para quienes son capaces de trabajar con alta
tecnología como riego por pivote, que alcanzan rendimientos de 180 quintales
por hectárea, lo que es posible en años agrícolas más normales que el que está
terminando.
Incluso afirma que
hay productores que en óptimas condiciones logran hasta 200 qq/ha, que es un
rinde que permite seguir siendo competitivos en este rubro. Para los que no son
capaces de dar este salto en su producción en las condiciones actuales, el
panorama no es optimista.