Es iniciativa del médico
veterinario Felipe Ainardi.
Joven médico veterinario de
familia corralera, inauguró este mes en Ñuble la primera clínica del país de
Recuperación para Caballos Deportivos, en el sector de Cato. Se trata de Felipe
Ainardi Coronado que a través de
financiamiento de Innova Bío Bío, sacó adelante dos etapas de su proyecto en tal sentido, que ya cuenta con
instalaciones únicas en su género en el país.
En el complejo llama la atención
una piscina especial para la rehabilitación de equinos de 30 metros de largo
por tres de ancho y 2,5 de profundidad, que permite hacer ejercicio a caballos
lesionados para recuperar su condición.
Felipe Ainardi dice que se trata de la primera piscina de estas características
en Chile
y que es un elemento clave para la rehabilitación porque 20 minutos de nado
para un equino equivalen a dos horas de galope ensillado, con la diferencia que
la carga del peso del caballo en sus extremidades, debido al agua, es muy inferior.
También hay otra maquinaria para
ejercitar caballos como una paseadora automática, que rodean las instalaciones
de la clínica y pesebreras recién construidas, que consideran además
alojamiento para un veterinario interno muy cerca del lugar de confinamiento de
los animales.
Ainardi, nos cuenta que se crio
entre caballos, ya que su padre Guido Ainardi, es criador de caballos
corraleros, y que a los 7 años ya tenía decidido ser médico veterinario,
también que hizo mucho deporte en la
juventud, por lo que conoció de cerca el trabajo de los kinesiólogos en humanos,
cuando el sufrió algunas lesiones, y que era una profesión que le parecía
entretenida.
El destino finalmente cruzó estos
dos intereses, de forma que estudió Medicina Veterinaria en la Universidad de
Concepción con postgrados en Fisiatría, Fisioterapia y Kinesiología en Buenos
Aires y otros cursos de especialización en Europa y Brasil, y se decidió a ser
pionero en su tierra en el campo de la recuperación de lesiones de equinos, en
especial caballos corraleros.
Ya con alguna experiencia en el
tema desde el 2008 y con una cartera de clientes se fue fraguando su proyecto,
puesto que visualizaba que se trataba de una iniciativa viable: “Un caballo
corralero o de salto, para llegar a ser maestro puede tomar hasta 9 ó 10 años y
están expuestos a lesiones especialmente en sus articulaciones, tendones y ligamentos. Con tratamientos normales la
recuperación es lenta y en algunos casos imposible, pero en una clínica como la
nuestra se acortan mucho los plazos y se puede lograr una recuperación total
del nivel del caballo, lo que es muy preciado”.
Los tratamientos implican la
internación diaria con el animal y toman su tiempo, se trabaja con ejercicios para mantener el estado físico
y para recuperar las lesiones, con tecnología como ondas de choque, que apuran
la regeneración de los tejidos. Es similar al tratamiento kinesiológico que se
hace a los humanos. En término medio, la recuperación toma 45 días y sus costos
varían entre $200 y $350 mil según las aplicaciones que se requieran. Para
casos más complicados tiene alianzas estratégicas con la Universidad de
Concepción y otros profesionales, que le permiten acceso a tratamientos con
células madre y otros más complejos en la recuperación de caballos, como
cirugías y osteosíntesis.
“Soy de la opinión que los clientes son para todos y trabajo con
colegas que son especialistas en distintas áreas, como el director del Hospital
Veterinario de la Universidad de Concepción Ignacio Cebezas, y Reinalldo
Ortiz encargado de equinos. Pablo Miranda de Talca que atiende varios criaderos
grandes, Roberto Aguilera de Temuco, Abelio Ahumada de Linares; Tomas Astudillo
experto en reproducción que tiene un
Banco de Semen de casi todos los mejores potros de Chile para inseminación, que
también estarán disponibles en la clínica para los interesados”, afirma, agregando que nadie es experto en todo y que
no hay mejor forma de hacerlo bien trabajando con estos y otros especialistas.
Otro servicio que presta Ainardi
es el de dentística equina y nos señala que una de las curiosidades de los
caballos es que sus dientes les crecen en forma permanente. En estado libre el
animal come en las praderas entre 16 y 18 horas lo que le permite ir gastando
pareja y naturalmente los dientes, pero en pesebrera, el uso de la dentadura se limita a unas tres a cuatro horas, por lo que se debe hacer
un trabajo dentario a los animales para corregir el sobrecrecimiento. Para esto
se utilizan fresas que desgastan la
dentadura y existe un equipo
especializado para los diferentes tipos de dentadura, como incisivos,
premolares y molares. “Para este servicio no es necesario ir a la clínica, se
realiza en terreno”, nos comenta.
Hace tiempo que Ainardi quería iniciarse con su clínica, pero no
tenía el suficiente financiamiento para partir solo. Un amigo lo estimuló a
participar en concursos de fondos públicos que existen para emprendendores e
innovadores. Así postuló primero al
Concurso de Innovación Empresarial de Innova Bío Bío, apoyado por la
profesional Ángela Galdamez, logrando recursos para hacer una prospección comercial, un estudio
de mercado y dar inicio a su empresa,
para lo que obtuvo 9 millones de pesos. Con los mismos antecedentes obtenidos
en el proyecto presentó su idea a la línea dos de financiamiento de Innova,
obteniendo recursos por 40 millones, lo que le permitió financiar gran parte de
su inversión.
A la fecha y en su
funcionamiento en marcha blanca ya ha
facturado más de $13 millones y eso que estamos en la temporada baja de rodeo,
que es la actividad donde se encuentra su mayor clientela. “En todo caso el
caballo chileno se vuelve a trabajar en rodeos desde septiembre hasta abril y
ahí se podrá analizar si el negocio cumple con sus objetivos que son una
facturación de a lo menos 30 millones anuales”.