Centro agrícola de Gendarmería es autosustentable y logra efectiva reinserción

alt El aumento de la población penal en el Centro de Educación y Trabajo es la comprobación de que el trabajo que allí se desarrolla cumple con los estándares de gendarmería y resulta un lugar adecuado para la reinserción de quienes en algún momento tuvieron conflictos con la justicia y debieron ser privados de libertad.
El Centro de Educación y Trabajo se ubica al sur de esta ciudad, en el sector San Miguel de Ablemo, en un predio de 18, 5 hectáreas. Allí laboran 17 funcionarios de Gendarmería, que hasta hace poco trabajaban con 40 internos, de los cuales 12 están regularizando estudios, y próximamente deberá recibir a 10 nuevos internos.
El éxito logrado por el Centro tiene su fundamento en un estricto filtro que hace que quienes son trasladados a este recinto abierto cumple con una serie de condiciones y requisitos que los hace merecedores de cumplir su pena en un medio libre, con amplias posibilidades de desarrollo laboral.
Los egresados del Centro de Educación y Trabajo no han vuelto a delinquir y se han insertado en la sociedad mediante las herramientas que durante su permanencia han adquirido, en capacitación y experiencia laboral, permitiéndoles volver a sus familias y continuar desarrollándose.
El Centro divide sus afanes entre la producción agrícola y la prestación de servicios a agricultores del sector, ya sea con maquinarias como con mano de obra.
En lo agrícola han logrado obtener semillas hibridas de maíz con buenos resultados, gracias a un convenio con la empresa Curimapu. La última cosecha, que se efectuó de manera manual, les permitió obtener 7.370 kilos y la empresa pagó al CET 5 mil 200 dólares. El convenio incluye la asesoría permanente y la capacitación a los internos, cuyo resultado ha sido que los internos de este centro han debido hacer procesos de mantención y cosecha en otros predios.
La relación del CET reconoce el aporte externos del INIA Quilamapu, de la empresa San José (proveedores de plantas arándanos), del Coprocede, organización comunitaria y los municipios de San Fabián y San Carlos.
Actualmente tienen una plantación de arándanos, las cuales fueron aportadas por la empresa San José FRMS, quienes a parte del valor de la donación de plantas, apoyan con asesoría a esta unidad. Mediante un convenio con la Conaf en el predio hay actualmente un vivero con plantas de Quillay para forestación urbana.
Un convenio con el Instituto Santo Tomás le permite contar con alumnos en práctica que capacitan a los internos y certifican sus habilidades en el ámbito de la construcción y de la actividad agropecuaria
Entre los planes próximos está los fondos logrados a través del Sence, que les permitirá cambios de maquinaria y mejoramiento de infraestructura de la plata de procesamiento de cecinas, que funcionó hasta antes del terremoto del 2010.
Actualmente la mayoría de los internos salen durante el día a laborar en distintas faenas, donde han sido contratados como trabajadores regulares, especialmente en la barraca de la empresa del sancarlino Juan Carlos Gómez.
Del ingreso que reciben deben aportar un 15% para su egreso y solo un 1% de indemnización por todos los gastos que origina su permanencia en el recinto.
Cada domingo entre las 9 de la mañana y las 18 horas el recinto, siempre tiene sus puertas abiertas, recibe a un grupo de personas, adultos y niños, que llegan a este sector rural de San Carlos, son esposas, padres, hermanos e hijos, que durante todo el día, hasta las 18 horas, comparten con sus familiares, utilizando libremente las dependencias del recinto del lugar.
Su actual jefe, el Sub-Teniente, Orlando Hasbún Ferrada, ha comprometido a todo el personal e internos a lograr un aumento en la productividad que les permita aumentar los ingresos, que actualmente es autosustentable.

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