Los descargos del auxiliar que perdió una pierna a bordo de un Línea Azul

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Abogado Carlos Arzola  aseguró que la firma tiene un modelo empresarial que divide responsabilidades y elude derechos laborales.
Para los primeros días de marzo está programado un nuevo juicio en el Tribunal Laboral de Chillán, en contra de la empresa de buses  Línea Azul.
Esta vez, quien demanda es el abogado y ex gobernador de Ñuble, Carlos Arzola, en representación de el ex auxiliar de esa empresa de transportes, Felipe Montero, quien perdió la parte inferior de su pierna derecha el pasado 10 de febrero, cuando en horas de la madrugada el conductor Américo Sepúlveda Salgado colisionó por la parte trasera a un carro de camión, a la altura del cruce San Pedro, comuna de Molina, carretera 5 Sur, falleciendo en el acto y dejando a Montero inválido a los 22 años de edad.
Si bien, quien aparece como representante de la empresa local, Sandra Fuentes Salazar, presenta 24 causas en su contra en el Tribunal Laboral (según consta en la página del Poder Judicial), según Arzola esta sería la más grave, por las consecuencias sufridas por quien demanda. Por tal razón, Montero sufrió una fuerte depresión al enterarse la semana pasada del último accidente de Línea Azul, en la Región de O’Higgins, el que terminó con la vida del auxiliar Jonathan Sepúlveda y la del adolescente Vicente Rebolledo, de 15 años.
“Es que apenas vi la noticia supe altiro que lo que había pasado era que el chofer se había dormido, porque estoy seguro de que eso fue lo que le pasó al chofer que iba conmigo esa noche. Por eso cuando alguien salió diciendo en las noticias que a lo mejor se le había atravesado un perro o un auto, sentí rabia, porque sólo los que hemos trabajado en esa empresa sabemos cómo es de horrible el trato que tienen con la gente y cómo explotan a los trabajadores”, acusó Montero.
El auxiliar acusa que nunca se respetan los días de descanso, ni tampoco se los recompensa como horas extras, y que además “ellos siempre van a engañar al sistema y a los fiscalizadores, porque lo que hacen es pasarle las tarjetas de los choferes que están con descanso a los que están manejando. De esa manera aparecen como si hubieran manejado solamente las horas que exige la ley y los días que corresponde”.
A toda la empresa
El abogado Arzola precisó que “hemos demandado no sólo a Buses Línea Azul, sino que a Transportes Línea Azul y a toda la empresa, porque ellos tienen un modelo empresarial en la que ellos se distribuyen las responsabilidades con objeto de vulnerar el derecho de los  trabajadores, pero además actúan a través de un sólo apoderado común, es decir a través de un sólo abogado”.
Ambas partes ya presentaron sus medios de pruebas en la primera audiencia, celebrada en noviembre de 2012. En lo que a la demanda respecta, las motivaciones son por un accidente laboral, cuya base radica en la falta de seguridad que los empleadores les entregarían a sus trabajadores para cumplir con sus funciones.
El argumento de defensa que la empresa de buses esgrimió en el Tribunal Laboral
Si bien La Discusión buscó vía telefónica y a través del correo electrónico una respuesta directa de la empresa respecto de lo que Montero denuncia, ésta nunca llegó a ese medio.
Sin embargo, en la página del Poder Judicial se exhibe parte de los medios de prueba de la firma legal  representada por Sandra Fuentes, y en cuyas líneas se desmerecen las acusaciones de Montero, precisando que “no se puede decir que el accidente que causó lesiones al demandante se debió a la imprudencia o negligencia de mi representada, como pretende hacer creer el demandante, sino que claramente se produjo por la distracción del conductor del bus, imposible de prever para mis representadas en ese momento, salvo que ella decidiera manejar personalmente sus buses, lo que obviamente resulta ilógico, ya que mi representada no percibe ningún beneficio por el hecho de que un chofer realice un manejo descuidado, o acelere sobre los límites permitidos”.
En otro párrafo, incluso desliza cierta responsabilidad de Montero en el accidente, por no advertir el peligro al chofer, pero que sin embargo “si se negase esa posibilidad por parte del actor, la que se pudo haber ejercido por parte del auxiliar, para evitar el accidente, aquello sería tan injusto como decir que mi representada, quien a la hora del accidente, seguramente se encontraba en su casa, no hizo nada por evitarlo”.
Arzola omitió referirse al monto monetario que persiguen con la demanda laboral, “pero lo que yo quiero es que se sepa cómo obran ellos, a mí nunca nadie me fue a ver en el hospital y ni siquiera le avisaron a mi familia  lo que me había pasado”, denunció Montero.
Fuente: La Discusión

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