• Iniciativa es encabezada por el investigador de la Facultad de Agronomía, Ernesto Moya.
Sabido es que el trigo es el cereal más importante de la producción nacional. De hecho, la Región del Bío Bío es la segunda más importante en cuanto a producción de trigo, sembrándose aproximadamente 65 mil hectáreas de las 270 mil hectáreas que se explotan a nivel nacional, lo que lo convierte en el cultivo anual con mayor superficie en el país.
De ahí que sea tan importante prevenir ciertos tipos de enfermedades que las atacan frecuentemente, como el “Mal del pie del trigo”, un hongo que es un habitante natural del suelo y para el cual no existen adecuadas estrategias de control.
Dado el impacto económico que tiene esta enfermedad es que el académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Campus Chillán, Ernesto Moya Elizondo, se encuentra desarrollando nuevas técnicas para su control a través del proyecto “Reducción del mal del pie y efecto de extractos de plantas sobre poblaciones bacterianas asociadas con este fenómeno en cultivos de trigo en el sur de Chile”.
Se trata de un proyecto Fondecyt de Iniciación, que obtuvo alrededor de 80 millones de pesos para su ejecución en un plazo de 3 años y que comenzó su trabajo en 2011.
MAL DEL PIE
Según lo explicado por el docente, el “Mal del pie del trigo” es una enfermedad recurrente desde la Región del Bío Bío hacia el sur, asociada a pudriciones en las raíces, lo cual se traduce en menor tamaño de espigas, menos granos y obviamente, menos rendimiento.
Dependiendo de las condiciones que se presenten puede llegar a causar pérdidas de hasta un 70% de la producción.
En su investigación, Moya planteó que “se toman muestras de plantas desde diferentes predios de trigo del sur de Chile, se extraen las bacterias que habitan en la raíz del cultivo y usando herramientas moleculares identificamos los genes específicos asociados a la producción de ciertos compuestos antibióticos que producen estas bacterias y que estarían asociados a la reducción del mal del pie del trigo”.
Agregó que “durante este año ya tenemos identificados algunos predios que tienen estas bacterias, y hemos aislado algunas de ellas, entonces, ahora vamos a empezar a evaluar el efecto de control que tienen estas bacterias en la reducción de esta enfermedad, con la idea de poder a futuro desarrollar biopesticidas que puedan controlar ésta y otras enfermedades en las plantas”.
Prevención
La reducción de este hongo pasa por la rotación de cultivos. “Si un año siembras trigo y al año siguiente vuelves a sembrarlo, la enfermedad se verá incrementada en el mismo predio. Esto obliga a los agricultores a tener que cambiar de cultivo al segundo año como máximo”, precisó el investigador.
Como actualmente no existe control sobre este tema a nivel mundial, el profesional se encuentra trabajando en colaboración con expertos internacionales. Además, en la búsqueda de alternativas que controlen esta enfermedad, se está trabajando con extractos de quillay.
“En mi tesis de magíster determinamos que los extractos de quillay inhibían el desarrollo de ciertos hongos y en trabajos posteriores demostramos que inhibía al patógeno que causa el mal del pie, entonces, ahora en este proyecto Fondecyt, estamos evaluando cómo los extractos de quillay influyen en el crecimiento de las poblaciones de estas bacterias inhibitorias de esta enfermedad”, expresó.
La idea final, de acuerdo a Moya, es buscar compuestos naturales que mezclados con estas bacterias, permitan desarrollar un biopesticida amigable con el medio ambiente.
Sabido es que el trigo es el cereal más importante de la producción nacional. De hecho, la Región del Bío Bío es la segunda más importante en cuanto a producción de trigo, sembrándose aproximadamente 65 mil hectáreas de las 270 mil hectáreas que se explotan a nivel nacional, lo que lo convierte en el cultivo anual con mayor superficie en el país.
De ahí que sea tan importante prevenir ciertos tipos de enfermedades que las atacan frecuentemente, como el “Mal del pie del trigo”, un hongo que es un habitante natural del suelo y para el cual no existen adecuadas estrategias de control.
Dado el impacto económico que tiene esta enfermedad es que el académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Campus Chillán, Ernesto Moya Elizondo, se encuentra desarrollando nuevas técnicas para su control a través del proyecto “Reducción del mal del pie y efecto de extractos de plantas sobre poblaciones bacterianas asociadas con este fenómeno en cultivos de trigo en el sur de Chile”.
Se trata de un proyecto Fondecyt de Iniciación, que obtuvo alrededor de 80 millones de pesos para su ejecución en un plazo de 3 años y que comenzó su trabajo en 2011.
MAL DEL PIE
Según lo explicado por el docente, el “Mal del pie del trigo” es una enfermedad recurrente desde la Región del Bío Bío hacia el sur, asociada a pudriciones en las raíces, lo cual se traduce en menor tamaño de espigas, menos granos y obviamente, menos rendimiento.
Dependiendo de las condiciones que se presenten puede llegar a causar pérdidas de hasta un 70% de la producción.
En su investigación, Moya planteó que “se toman muestras de plantas desde diferentes predios de trigo del sur de Chile, se extraen las bacterias que habitan en la raíz del cultivo y usando herramientas moleculares identificamos los genes específicos asociados a la producción de ciertos compuestos antibióticos que producen estas bacterias y que estarían asociados a la reducción del mal del pie del trigo”.
Agregó que “durante este año ya tenemos identificados algunos predios que tienen estas bacterias, y hemos aislado algunas de ellas, entonces, ahora vamos a empezar a evaluar el efecto de control que tienen estas bacterias en la reducción de esta enfermedad, con la idea de poder a futuro desarrollar biopesticidas que puedan controlar ésta y otras enfermedades en las plantas”.
Prevención
La reducción de este hongo pasa por la rotación de cultivos. “Si un año siembras trigo y al año siguiente vuelves a sembrarlo, la enfermedad se verá incrementada en el mismo predio. Esto obliga a los agricultores a tener que cambiar de cultivo al segundo año como máximo”, precisó el investigador.
Como actualmente no existe control sobre este tema a nivel mundial, el profesional se encuentra trabajando en colaboración con expertos internacionales. Además, en la búsqueda de alternativas que controlen esta enfermedad, se está trabajando con extractos de quillay.
“En mi tesis de magíster determinamos que los extractos de quillay inhibían el desarrollo de ciertos hongos y en trabajos posteriores demostramos que inhibía al patógeno que causa el mal del pie, entonces, ahora en este proyecto Fondecyt, estamos evaluando cómo los extractos de quillay influyen en el crecimiento de las poblaciones de estas bacterias inhibitorias de esta enfermedad”, expresó.
La idea final, de acuerdo a Moya, es buscar compuestos naturales que mezclados con estas bacterias, permitan desarrollar un biopesticida amigable con el medio ambiente.