Si bien todos se caracterizan por ser muy locuaces, el viaje de regreso tuvo varios minutos de prolongados silencio para el grupo de sancarlinos. Habían tomado contacto con la pobreza misma y sentía que el rol de la comunicación iba más allá de saludar y entregar mensajes y sentirse auténticos.
Fue la radio Ocarina la primera en reaccionar frente a un reportaje de televisión que mostró a “Los hijos de la nieve”. Un grupo de niños, en su mayoría pehuenches, que vive en la localidad de Callaqui y cuya pobreza fue descubierta por la televisión como una herida que duele.
Los sancarlinos reaccionaron de inmediato ante el llamado de la Radio Ocarina que en poco más de un día, logró reunir la capacidad de un camión con frazadas, vestuario, calzados y alimentos no perecibles.
A su arribo los recibió el director de la Escuela G-1183, Alto BíoBío, Carlos Andía, quien junto con contarles la inmensa cantidad de visitas que de repente llegaron a una escuela olvidada. Sólo el día martes habían llegado hasta el patio de la escuela 17 camiones. El director agradeció que desde la tierra de Violeta Parra también llegara ayuda para sus niños y sus familias.
Fue muy emocionante nos relató Regina Barría de Radio Ocarina, quien no dudó en impulsar la campaña y llegar hasta la escuela de Callaqui, como lo hizo en el terremoto27/F cuando gestionó la puesta en el aire de la emisora que trajo tranquilidad e información a la comunidad sancarlina .
Ya en la sala con los niños, el encuentro tuvo un sonido que abrió las confianzas y “la voz inconfundible de Rosalba Navarrete inundó el lugar para ir conquistando las caritas de los niños que poco a poco fueron sumándose a la alegría y al canto que terminó en alegres cuecas bailadas por los “hijos de la nieve”.
Al término de la visita las gracias eran recíprocas, por dar y por recibir. La ayuda de los sancarlinos desbordada hacia la comunidad pehuenche y este grupo compuesto por José Yáñez, Regina Barría, Waldo Parra, Rosalba Navarrete y Guillermo Ríos, que fueron con la misión de ser portadores y entregar amor ,regresaron más comprometidos que antes y recibieron una experiencia de vida que contribuirá , seguramente, a engrandecer aún más su rol de comunicadores.
Digamos finalmente que la escuela de la comunidad de Callaqui es la más cercana a los centros poblados de la zona. De hecho, está a 90 kilómetros al oriente de Los Ángeles, por un acceso pavimentado.
Sin embargo, hay comunidades ubicadas en los cajones cordilleranos, como Pitril, Cauñicú, Malla Malla, Trapa Trapa y Butalelbún por el río Queuco, y El Avellano, Quepuca Ralco, Ralco Lepoy, El Barco y Guayalí, por el río Bío Bío.