Cientos de paraguas rodearon la sepultura familiar donde ayer pasadas las 17,30 horas fue sepultado, bajo una intensa lluvia, del joven estudiante de Astronomía, Felipe Pincheira Venegas.
A las 15,30 horas comenzó la misa en el convento trinitario, donde los profesores hicieron lo posible por llevar consuelo a los padres, ambos docentes, y la familia. El cura Boanerges, visiblemente emocionado, reflexionó sobre el hijo que vuelve al encuentro del padre, “nosotros no debemos juzgar las decisiones”, en clara alusión a respetar la dolorosa decisión de este joven de terminar con su vida.
Durante el oficio religioso, seguido por una masiva concurrencia, se dirigió a los presentes Rubén, su hermano mayor, quien señaló que cuando eran niños, él le enseñaba a Felipe las estrellas y en último tiempo era su hermano quien le compartía conocimientos del cosmos y las astros.
Su mejor amigo leyó un texto que había escrito Felipe sobre los cálculos y las de sus viajes y lo importante que era su familia, sus canciones y el rock. Lo despidió con la promesa de mantener en su memoria la gran amistad forjada.
Nayadet Cadagan, cuñada, recordó que siempre sus hijos seguían con interés los relatos de Felipe sobre las estrellas, porque ella se encargará de recordarles que desde ahora, la estrella más iluminada, es el espíritu de su tío Felipe.
El profesor Enrique Salazar a nombre de los vecinos, pidió a los padres y a la familia compartir el dolor.
Francisco Durán, a nombre del INSAMA, lo recordó como un niño respetuoso y un excelente alumno.
Luciana Méndez, a nombre de los amigos, cantó una hermosa canción que emocionó a los presentes, e hizo que la madre de Felipe, la profesora Susana Venegas, cruzara para abrazar a la amiga de su hijo, en un momento de mucha emoción.
Entre los asistentes estaba un grupo de estudiantes de la carrera de astronomía de la Universidad Católica y amigos de Felipe, quienes viajaron desde la capital.
El oficio religioso contó con la participación del Coro de Instituto Santa María y del Colegio Sagrado Corazón, en tanto que el Liceo Politécnico se hizo presente con una escolta de estudiantes que uniformados y con flores en sus manos dijeron adiós a este joven, cuya repentina partidó cruza a familias y comunidades de San Carlos.
En el camposanto estaba dispuesto un micrófono que solo fue utilizado por Rubén, hermano del joven fallecido, quien en breves palabras agradeció a los presentes. Luego el cortejo se dirigió a la sepultura familiar donde, bajo una intensa lluvia fue depositado el féretro, mientras era cubierto de una impresionante cantidad de flores y coronas.
Como hemos informado, el deceso de este joven sancarlino, hijo de dos conocidos profesores, se produjo el martes 26 en Santiago y sus circunstancias son investigadas, aun cuando se cree que pudo estar afectado por un cuadro depresivo. Su deceso ha sido lamentado en amplios sectores de la comunidad local.