Un abrazo seguro

Escribe: Mario San Martín Aliaga

El problema de salud que por estos días afecta a buena parte del mundo, nos hace pensar sobre nuestras características geográficas como país y nuestra especial ubicación en el globo. Estas barreras naturales, como son el cordón montañoso de los Andes por el este, y el mar pacifico por el Oeste, nos han permitido un cierto grado de seguridad en salubridad en general.

Me parece oportuno ampliar el enfoque y reconocer aquí el trabajo de los organismos gubernamentales encargados de cuidar “la salud de Chile”, entre estos la labor del SAG quienes protegen nuestro patrimonio fitozoosanitario.

A lo largo de nuestra frontera con Argentina, por ejemplo, existen varios puntos por donde se produce el tránsito de personas, animales y productos y que pese a los escasos recursos humanos y técnicos se pueden controlar en gran medida.

A nivel de Ñuble existe el legítimo interés de comunidades fronterizas por abrir pasos habilitados o temporales para establecer vínculos o rearticular relaciones casi familiares entre pueblos, a ambos lados de la frontera.

Este sentimiento albergado por comunidades fronterizas nos debe llevar a una reflexión seria y responsable y preguntarnos ¿tenemos hoy cubiertos de un control eficiente todos los actuales pasos fronterizos? ¿Es conveniente abrir pasos informales sin la debida protección, adecuada a los tiempos y de características sanitarias para un mundo globalizado?

Antes de satisfacer legítimas demandas locales debemos asegurar que estén los recursos materiales, tecnológicos y humanos suficientes y acorde a los requerimientos actuales. Así el abrazo fraterno será también un abrazo seguro y un gesto responsable hacia nuestros hijos y nietos.

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