Traslado de sustancias o materiales peligrosos

Comentario

Escribe: Mario San Martín Aliaga
Recientemente la autoridad ordenó a la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), que retire desde su planta de Laja, 16 toneladas de tierra contaminada con mercurio y las deposite en un relleno sanitario industrial.
Hoy gracias a la tecnología es posible detectar contaminantes y con el respaldo de una legislación apropiada y la existencia de la Comisión Nacional del medioambiente, muchos procesos industriales y actividades humanas están siendo reguladas.
Me parece notable lo que la comunidad organizada está logrando en cuanto a la situación de las celulosas, pero hay otro aspecto donde se requiere un urgente control.
Hoy por nuestras carreteras circulan cientos de camiones con cargas peligrosas y contaminantes y la autoridad no siempre tiene los instrumentos ni el conocimiento suficiente para controlarlos.
Estos productos químicos se denominan sustancias o materiales peligrosos. Día a día crece su volumen y diversidad y están siendo extraídos, manufacturados, vendidos, trasportados por nuestras carreteras, almacenados, usados o desechados.
Estos productos generan una probabilidad creciente y significativa de incidentes, emergencias y desastres que pueden dañar, lesionar y hasta causar la muerte a las personas. También está el riego de causar enfermedades inmediatas o en el largo plazo, afectar a sus bienes y al medio ambiente.
Las instituciones y entidades encargadas de fiscalizar y controlar aparecen bastante disminuidas en cantidad y recursos frente al aumento de estas sustancias y su transito por sitios públicos, caminos y faenas. Si bien existe una normativa respecto de su rotulación, ésta es casi desconocida para el ciudadano común y el funcionario encargado de la fiscalización no cuenta con los instrumentos que permitan confirmar su identidad ni grado de peligrosidad.
Si el fiscalizador no cuenta con los recursos para su delicada labor, creo que es su responsabilidad advertir a la ciudadanía de esta falencia a fin de crear una mayor preocupación por el tema y se evalúen las formas de enfrentarlo, tanto a nivel regional como local.
Esto, es similar a lo que ocurre con el estado de los grifos, los vecinos deberían saber si el grifo de su esquina está en funciones o no. Igualmente deberíamos estar advertidos del transito de materiales peligrosos por nuestros caminos.

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