Comentario
Escribe: Mario San Martín Aliaga
A partir de junio y tras lograr todas las aprobaciones ambientales, el Complejo Forestal Industrial Nueva Aldea, iniciará la construcción del emisario al mar, para evacuar desde la planta los residuos industriales líquidos.
Antes que esto ocurra la planta evacuará sus residuos al río Itata al menos por un año, ya que el ducto al mar operará, se cree, en septiembre de 2007.
La empresa ha dicho que cuenta con tecnología de punta y que se cumplirán todas las normas, sin embargo las comunidades costeras están en alerta y la preocupación es creciente. Este tipo de plantas ha logrado un avance tecnológico, sin embargo sus riles no serian precisamente compatibles con la vida marina, razón por la cual el Alcalde de Trehuaco, entre otros ediles, está pidiendo que el ducto que se interne al mar sea superior a los 2,3 kilómetros estipulados, ya que temen que las corrientes marinas devuelvan los riles a la costa. También se está pidiendo que la empresa CELCO se abstenga de descargar al río Itata hasta que terminen el emisario.
Tratándose de una materia tecnológica y como ha dicho la empresa “Sólo con información técnica se pueden superar los prejuicios, porque muchos de los temores están basados en el desconocimiento” cabría preguntarse quien tiene mayores posibilidades y recursos e información para argumentar.
Para nadie es un misterio que la planta de celulosa tiene una larga trayectoria en procesos industriales y, por otro lado que el país cuenta con una normativa y organismo regulador con pocos años de experiencia. (La Ley Nº 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente fue promulgada en marzo de 1994).
La empresa ha traído expertos de alto nivel que han hablado de que prácticamente no habría contaminación, pero, por otro lado qué organización local puede traer a expertos medioambientalistas que den a conocer los riesgos, si es que queremos tener una información técnica actualizada.
Esta diferencia obliga a la sociedad en general a tratar estos temas con máxima cautela, especialmente cuando se trata de heredar a nuestros hijos una situación que podría acarrear serios problemas. Por otro lado, está la expectativa de una industria generadora de desarrollo.
Por ahora, los Alcaldes de Trehuaco y Cobquecura han apelado ante la dirección ejecutiva de la Comisión Nacional del Medioambiente, con la intención de que el consejo de ministros revierta la resolución de la Comisión Regional del Medioambiente que aprobó el Estudio de Impacto Ambiental del emisario submarino.
Escribe: Mario San Martín Aliaga
A partir de junio y tras lograr todas las aprobaciones ambientales, el Complejo Forestal Industrial Nueva Aldea, iniciará la construcción del emisario al mar, para evacuar desde la planta los residuos industriales líquidos.
Antes que esto ocurra la planta evacuará sus residuos al río Itata al menos por un año, ya que el ducto al mar operará, se cree, en septiembre de 2007.
La empresa ha dicho que cuenta con tecnología de punta y que se cumplirán todas las normas, sin embargo las comunidades costeras están en alerta y la preocupación es creciente. Este tipo de plantas ha logrado un avance tecnológico, sin embargo sus riles no serian precisamente compatibles con la vida marina, razón por la cual el Alcalde de Trehuaco, entre otros ediles, está pidiendo que el ducto que se interne al mar sea superior a los 2,3 kilómetros estipulados, ya que temen que las corrientes marinas devuelvan los riles a la costa. También se está pidiendo que la empresa CELCO se abstenga de descargar al río Itata hasta que terminen el emisario.
Tratándose de una materia tecnológica y como ha dicho la empresa “Sólo con información técnica se pueden superar los prejuicios, porque muchos de los temores están basados en el desconocimiento” cabría preguntarse quien tiene mayores posibilidades y recursos e información para argumentar.
Para nadie es un misterio que la planta de celulosa tiene una larga trayectoria en procesos industriales y, por otro lado que el país cuenta con una normativa y organismo regulador con pocos años de experiencia. (La Ley Nº 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente fue promulgada en marzo de 1994).
La empresa ha traído expertos de alto nivel que han hablado de que prácticamente no habría contaminación, pero, por otro lado qué organización local puede traer a expertos medioambientalistas que den a conocer los riesgos, si es que queremos tener una información técnica actualizada.
Esta diferencia obliga a la sociedad en general a tratar estos temas con máxima cautela, especialmente cuando se trata de heredar a nuestros hijos una situación que podría acarrear serios problemas. Por otro lado, está la expectativa de una industria generadora de desarrollo.
Por ahora, los Alcaldes de Trehuaco y Cobquecura han apelado ante la dirección ejecutiva de la Comisión Nacional del Medioambiente, con la intención de que el consejo de ministros revierta la resolución de la Comisión Regional del Medioambiente que aprobó el Estudio de Impacto Ambiental del emisario submarino.