Comentario
Mario San Martín Aliaga
Una de mis primeras experiencias con la radio fue cuando un tío, con una piedra llamada “pirita” me construyó una radio “galena”.Así de extraordinario, existe una piedra mineral que tiene la particularidad de captar las ondas radiales. Con dos o tres elementos más y un par de fonos era posible sintonizar las emisiones radiales con la sola energía que capturaba esta piedra, sin pilas sin enchufes. Eso para mí era genial.
Dividía mi tiempo de vacaciones escuchando radio y corriendo a ver pasar los trenes allá en Lorenzo Arenas, en Concepción.
Era estudiante, discípulo del profesor Hugo Godoy de la Escuela Consolidada, y supe que en la radio de la ciudad estaba, en persona, el creador de “El Club de Los Fantasmas”, nada menos que Hernán Pereira: Por esos años uno de los más famosos locutores.
Recuerdo que por las tardes, después de clases, subía las escalas de la radio hasta el segundo piso donde se ubicaba el locutorio y observaba silenciosamente. Podía estar cerca de este ídolo. Todo duraba hasta que el radioperador, me preguntaba: “A quien buscas chiquillo...” Yo contestaba: “ No, a nadie, solo vine a mirar, Chao”. Y así hasta que un día comencé a reemplazar a un locutor y después yo diría: “Esta es: CC 156 Radio Central...”
La radio me ha permitido conocer a personas famosas y estar cerca de ellos para saber diferenciar entre un José Luis Perales, que conversó conmigo largo rato de las aldeas SOS como si fuese un amigo. Me acuerdo que al concluir me di cuenta que me faltaba algo “...será posible llevarme un saludo para mis auditores”.
Por otro lado, también conocí la petulancia casi enfermiza de Raphael a quien admiraba, hasta que me di cuenta y vi que rechazaba las fotos con sus admiradoras del Fan club chileno, claro ya eran señoras. ¡Exigió que rompieran las fotos!
Hoy, la radio ha cambiado mucho hasta el punto que un señor puede comprar espacios y hablar lo que desea, no en cualquier horario, sino en medio de las noticias, para dar credibilidad a sus peroratas. También hay otros que hablan bien y hacen su aporte, son los menos en todo caso.
La mayoría no sabe que hoy los minutos valen. Como en este diario el espacio también tiene un valor(aun no me cobran), entonces dejemos hasta aquí esto de las comunicaciones. Señores auditores, perdón quise decir lectores, quedan ustedes a la espera del “show de las noticias...”.
Escribe: Mario San Martín Aliaga.
Mario San Martín Aliaga
Una de mis primeras experiencias con la radio fue cuando un tío, con una piedra llamada “pirita” me construyó una radio “galena”.Así de extraordinario, existe una piedra mineral que tiene la particularidad de captar las ondas radiales. Con dos o tres elementos más y un par de fonos era posible sintonizar las emisiones radiales con la sola energía que capturaba esta piedra, sin pilas sin enchufes. Eso para mí era genial.
Dividía mi tiempo de vacaciones escuchando radio y corriendo a ver pasar los trenes allá en Lorenzo Arenas, en Concepción.
Era estudiante, discípulo del profesor Hugo Godoy de la Escuela Consolidada, y supe que en la radio de la ciudad estaba, en persona, el creador de “El Club de Los Fantasmas”, nada menos que Hernán Pereira: Por esos años uno de los más famosos locutores.
Recuerdo que por las tardes, después de clases, subía las escalas de la radio hasta el segundo piso donde se ubicaba el locutorio y observaba silenciosamente. Podía estar cerca de este ídolo. Todo duraba hasta que el radioperador, me preguntaba: “A quien buscas chiquillo...” Yo contestaba: “ No, a nadie, solo vine a mirar, Chao”. Y así hasta que un día comencé a reemplazar a un locutor y después yo diría: “Esta es: CC 156 Radio Central...”
La radio me ha permitido conocer a personas famosas y estar cerca de ellos para saber diferenciar entre un José Luis Perales, que conversó conmigo largo rato de las aldeas SOS como si fuese un amigo. Me acuerdo que al concluir me di cuenta que me faltaba algo “...será posible llevarme un saludo para mis auditores”.
Por otro lado, también conocí la petulancia casi enfermiza de Raphael a quien admiraba, hasta que me di cuenta y vi que rechazaba las fotos con sus admiradoras del Fan club chileno, claro ya eran señoras. ¡Exigió que rompieran las fotos!
Hoy, la radio ha cambiado mucho hasta el punto que un señor puede comprar espacios y hablar lo que desea, no en cualquier horario, sino en medio de las noticias, para dar credibilidad a sus peroratas. También hay otros que hablan bien y hacen su aporte, son los menos en todo caso.
La mayoría no sabe que hoy los minutos valen. Como en este diario el espacio también tiene un valor(aun no me cobran), entonces dejemos hasta aquí esto de las comunicaciones. Señores auditores, perdón quise decir lectores, quedan ustedes a la espera del “show de las noticias...”.
Escribe: Mario San Martín Aliaga.