Según el agroclimatólogo Patricio González, del CITRA–Universidad de Talca, el fenómeno ya está provocando alteraciones en la brotación y floración, además de forzar cambios en la planificación del riego, sobre todo en predios cercanos a quebradas y cursos de agua.
Riesgo por isoterma cero elevada
Uno de los efectos más graves es la isoterma cero sobre los 2.800 metros, lo que genera un derretimiento abrupto de nieve, aumentando el caudal de ríos y el riesgo de inundaciones. En Ñuble y Maule, ya se registran acumulados de 80 a 100 mm y vientos cercanos a 80 km/h.
Este exceso hídrico afecta directamente a frutales en floración, arrastra nutrientes y dificulta labores clave como poda o control de hongos. En regiones como Coquimbo, con déficit nival del 98%, el derretimiento actual podría comprometer el agua disponible para la primavera.
Riesgo de heladas tras el frente
Se espera que tras el paso del sistema frontal ingrese una masa de aire frío, con posibles heladas en agosto y septiembre, justo cuando frutales como cerezos y damascos están en etapa crítica de floración.
Llamado a adaptación urgente
González advirtió que estos eventos son parte de una nueva normalidad climática. Llamó a los productores a tecnificar el riego, evitar pérdidas por conducción y ajustar sus prácticas a la variabilidad extrema del clima.
Recomendaciones clave para el agro
- 💧 Ajustar riego según evapotranspiración real
- 🌱 Monitorear compactación del suelo post-lluvia
- 🌾 Prevenir aparición de enfermedades fungosas
- 🔍 Evaluar nuevas estrategias de gestión hídrica