• Chile es el tercer país con mayor riesgo en América Latina.
El cáncer colorrectal sigue en aumento a nivel mundial y Chile es el tercer país con mayor riesgo de en Latinoamérica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que para el año 2035 los casos diagnosticados anualmente alcancen los 2.2 millones, mientras que las muertes podrían llegar a 1.1 millón. Si bien más del 90% de los casos afectan a personas mayores de 50 años, en los últimos años se ha observado un preocupante incremento en pacientes más jóvenes.
El Dr. Felipe Quezada, coloproctólogo e integrante del Centro de Cáncer de la Clínica Universidad de los Andes, explica que “este aumento es multifactorial, donde el envejecimiento de la población asociado a hábitos como el bajo consumo de fibra en la dieta, el consumo excesivo de alimentos procesados, el sobrepeso/obesidad, sedentarismo, tabaquismo y consumo de alcohol en exceso; podría contribuir con este aumento de casos”.
El cáncer colorrectal puede prevenirse o detectarse en etapas tempranas mediante pruebas de detección como el test de sangre oculta en deposiciones (Test del Colon), un examen simple y no invasivo que puede realizarse en la misma casa y entregarse la muestra en un centro clínico.
Otra herramienta clave es la colonoscopía, recomendada entre los 45-50 y 70 años, la cual permite detectar pólipos en el colon y el recto. “Estos pólipos suelen ser benignos, pero pueden evolucionar a tumores malignos. Por lo general, no presentan síntomas, por lo que es fundamental realizarse los exámenes de detección para prevenir su desarrollo”, explica el Dr. Quezada.
Síntomas de alerta
• Pérdida de peso inexplicable
• Molestias abdominales recurrentes como gases, dolor o hinchazón
• Sangrado rectal o presencia de sangre en las heces
• Alteraciones en el tránsito intestinal diarrea o estreñimiento
• Anemia
• Sudoración nocturna
• Dolor abdominal en el lado inferior derecho
• Necesidad frecuente de ir al baño
El diagnóstico precoz es clave para reducir la mortalidad del cáncer colorrectal. En etapas iniciales, la enfermedad puede curarse con cirugía. En casos más avanzados, se requieren tratamientos como quimioterapia para reducir el riesgo de recurrencia.
“Cuanto antes se detecte la enfermedad y se inicie el tratamiento, mayores serán las probabilidades de lograr una curación completa”, concluye el Dr. Quezada.