En general poco y nada se habla de las actuaciones y responsabilidades que caben a este órgano básico de la orgánica municipal. Baste decir que, la propia ley orgánica de municipalidades en su artículo segundo donde se expresa claramente: “Las municipalidades estarán constituidas por el alcalde, quien será su máxima autoridad y por el Concejo”, es decir, la relevancia de este órgano es fundamental para el desarrollo de cualquier gestión municipal.
En el caso del Concejo actualmente en ejercicio, es necesario precisar que se tenía cifradas esperanzas de una buena labor fiscalizadora, que es la función principal, privativa del cuerpo colegiado, esto principalmente por su propia conformación: un exconcejal con basta experiencia Pedro Méndez; un médico de reconocida trayectoria Rafael de la Cuadra; tres Trabajadores Sociales: Daniel Pizarro, Daniel García y Lorena Polanco y un concejal con experiencia administrativa y política como lo es Jorge Silva.
En un comienzo se notó el claro interés de colaborar con la administración Suazo. Hubo algunos momentos complejos cuando se trataron cuestiones referidas a educación, despidos, funcionamiento de algunos programas, que en determinado momento alinearon a Pizarro (Evopoli), Silva (UDI) y Polanco (PC), en contra de las propuestas de Suazo Soto, lo que resultaba del todo llamativo dadas las notables diferencias ideológicas entre estos tres miembros del Concejo, pero dejaban ver la clara intención de fiscalizar, cuestión que se fue diluyendo con el paso de los días.
Poco a poco se fueron alineando las posiciones, con ciertos reclamos por parte de los concejales de no ser bien informados previamente a las votaciones, reuniones de urgencia en concejos extraordinarios y algunas desprolijidades administrativas fueron aportando a un clima enrarecido al momento de votar.
Lo que es indudable, es que finalmente el Concejo terminó evidentemente dividido, más aún, terminó disperso, por una parte, Lorena Polanco y Daniel García promoviendo y apoyando políticamente todas las iniciativas del alcalde y por otro lado alineados Silva, Pizarro y de la Cuadra, en tanto que Méndez iba y venía conforme a su propia convicción.
Lo que es evidente también es que el Concejo, del que se tenían esperanzas de un buen funcionamiento, finalmente terminó incumpliendo su rol fiscalizador. Esta no es una cuestión menor, en tanto una vez terminada su labor el día 6 de diciembre próximo, seguirán manteniendo su responsabilidad administrativa por los próximos 4 años, respecto de todas las cuestiones administrativas en donde ellos concurrieron con su voto. Muchas de estas cuestiones están ya siendo investigadas y podrían llevar a resultados adversos en materia administrativa y penal.
También es necesario señalar que el Concejo próximo tendrá al menos cuatro nuevos integrantes y las proyecciones hablan incluso que el actual Concejo pudiera renovarse incluso cinco de sus miembros incluyendo a su presidente. Todas proyecciones que se dilucidarán en aquel cercano fin de semana del 26 y 27 de octubre.
Se acortan los plazos para la conformación de un nuevo Concejo Municipal y por otra parte se abre la posibilidad de evaluar la labor realizada por el presente Concejo, que tal como se ha dicho, queda al debe en materia de fiscalización.