Su relación estrecha con la música y el folclore le ha llevado a diferentes partes del mundo, desde su trabajo en educación hasta lo realizado en familia y con su pareja. Luciana Ortega actualmente tiene un ensamble de arpas que reúne a estudiantes y exestudiantes del colegio donde trabaja, y hace aproximadamente una semana que está de regreso de Cancún, México.
Nominada al Nobel de la Educación, o mejor dicho Premio Global a la Enseñanza, nombre que recibe el premio que se entrega todos los años por la Fundación Varkey a un docente innovador y comprometido. Con diferentes criterios, la fundación establece una forma de proceder para elegir a los docentes que generen inspiración e impacto en la comunidad.
Después de una presentación en Madrid, España, con la agrupación que tiene con su madre y pareja en abril de este año, un encuentro de cantores el año pasado en nuestra comuna y su participación en la apertura en los Juegos ODESUR en Paraguay en 2022.
Hoy la docente celebra su nominación y el regreso a Chile de forma paralela, y comenta sobre su carrera, proyectos e intereses en el ámbito profesional y musical.
Implementación de la guitarra en afinares campesinos, poemas, décimas y cuecas, por mencionar algunos de los componentes que Luciana utiliza para realizar sus clases. Y si del escenario se trata, la tonada, Violeta Parra o Victor Jara son imprescindibles para el repertorio de música chilena que presentó en ArpaFest con Arpas de Ñuble en Cancún.
La agrupación de arpas está conformada actualmente por un estudiante del Instituto Santa María, colegio donde Luciana Trabaja, y exestudiantes y miembros de su taller. Arpas de Ñuble representó al país con 3 arpas, un violoncello y la guitarra y voz de la docente, y se presentaron el 4 de octubre a las 10.00 pm en Puerto Morelos en el país del norte.
¿Te sientes innovadora?
Luciana: La verdad es que uno no anda con querer serlo, pero sí siento que a veces tener las convicciones claras de qué se quiere lograr, hace que haya que poner a veces algunas cosas en riesgo o atreverse con todo, independiente de lo que se venga, todo lo logrado son anexos a la única propuesta que he tenido que ha sido hacer las cosas de la mejor manera posible. Hay que estar convencido de que te gusta enseñar, ya que hay muchas variantes día a día, el amor por la cultura tradicional me gustaría plasmarlo en mis estudiantes y eso me ha llevado a realizar cosas que la verdad no había pensado.
¿Qué ha sido lo que más te ha impactado en tu carrera hasta hoy?
L: Siento que en mi día a día, conectar con mis estudiantes y que ellos tengan un aprendizaje significativo y amor por la música y lo tradicional, y que logren reproducir eso, es lo que más me llena e impactado personalmente.
¿Comentaste hace tiempo tu interés por la gestión cultural, aún persiste ese interés?
L: Como un cargo no, pero el mismo viaje a México y cada cosa que hacemos habitualmente tienen gestión cultural de por medio, es propio de ser músico, me encantaría poder dedicarle más tiempo a eso pero estoy inmersa en la educación.
¿Dejarías la educación para dedicarte a la gestión?
L: Lo pienso siempre, me encanta estar vinculada a través de educación con las nuevas generaciones, pero también con la gestión cultural se pueden hacer nexos valiosos. Si pudiera asumir un rol en ese ámbito podría hacer muchas cosas que hoy no, a veces faltan gestores vinculados con el acontecer, y si no golpeas las puertas para mostrar tu trabajo, el entorno ni siquiera sabe de lo que uno hace.
Por: Darío Retamal Aravena.