“No ha cambiado mucho la forma (...) pensábamos que habían sacado una enseñanza de lo que nos pasó a nosotros”
NACIONAL. - Carlos Álvarez,
presidente de la Agrupación de Sobrevivientes de la Tragedia de Antuco, conversó
con La Prueba de ADN para recordar el desastre vivido a días de su aniversario,
así como también abordar los recientes casos que han remecido al Ejército de
Chile y comentar lo que hay detrás de la institución militar desde su formación.
Las últimas semanas han estado
marcadas por la muerte del conscripto Franco Vargas y diferentes casos
similares que han salido a la luz o vuelven al recuerdo relacionados con el
servicio militar.
A modo de análisis sobre el pasar
de los años y los hechos que han ocurrido, el invitado sostiene que “no ha
cambiado mucho la forma en que se están haciendo las cosas. Nosotros pensábamos
que sí, que habían sacado una enseñanza de lo que nos pasó a nosotros, que eran
cosas que no iban a volver a pasar. Pero nuevamente pasó”.
“Es lamentable (...) nos hace
recordar todo lo que pasamos nosotros”, reflexionó mencionando la forma en que
estos hechos marcan tanto a los protagonistas y las familias, así como a los
diferentes compañeros de armas.
Por otra parte, Álvarez cuestionó
“el tema de los egos de los altos mandos. Al ser oficiales se creen superiores
a todos, no escuchan la opinión de los demás y eso daña la institución”.
Bajo la misma línea, hizo
hincapié en la forma en que se realizan las enseñanzas de cara a las exigencias
y tratos a los que son expuestos los conscriptos. Apuntó a que es un problema
“no tener el tiempo de instrucción necesario para este tipo de marchas”,
haciendo el vínculo con su caso y los más recientes.
“Cuando estás en el servicio no
respetan tu opinión, no vale, menos la de un soldado. Que a ti te den a elegir,
eso yo creo que es mentira”, añadió haciendo referencia a las quejas o
sugerencias que se puedan hacer en situaciones extremas o de petición.
Bajo esta línea recuerda lo que
vivió en carne propia, muy similar a lo ocurrido en Putre, lo que genera “un
sentimiento de pena, rabia, porque no deberían pasar estas cosas, menos cuando
ingresas al servicio de forma voluntaria”.
Fuente:adnradio.cl