AGRO. - Un estudio revela que las empresas de la Unión Europea (UE) persisten en la producción y exportación de pesticidas altamente tóxicos, a pesar de estar prohibidos en territorio europeo. La investigación, liderada por la asociación ambiental Zero, expone las repercusiones de esta práctica tanto en la salud humana como en el medio ambiente de los países importadores.
La UE, siendo el principal
exportador global de pesticidas, envió en 2022 un total de 714.000 toneladas de
estos productos agrícolas, valuados en 6.600 millones de euros, a diversos
destinos. De esta cifra, 41 plaguicidas prohibidos fueron exportados para uso
agrícola en otros países.
Zero sostiene que la prohibición
de exportar estos pesticidas no comprometería significativamente el empleo en
la UE y tendría un impacto positivo en la salud y el medio ambiente de los
países importadores. Además, argumenta que la disponibilidad de pesticidas
peligrosos disminuiría, incentivando la adopción de alternativas más seguras.
Aunque algunos fabricantes de
pesticidas advirtieron sobre pérdidas de empleo y daños a la competitividad del
sector, el estudio indica que estas afirmaciones no se sostienen. Se estima que
la prohibición de exportaciones en siete países europeos podría resultar en una
pérdida potencial de 25 puestos de trabajo en toda la UE, un impacto mínimo en
comparación con los beneficios esperados.
La inconsistencia de la UE en
esta posición representa una amenaza para la salud y los ecosistemas de los
países importadores, especialmente aquellos de ingresos bajos y medios. La
exposición a pesticidas tóxicos, como el paraquat, ya prohibidos en la UE, es
especialmente preocupante en entornos con regulaciones menos estrictas.
El informe concluye que la
prohibición de exportar pesticidas prohibidos dentro de la UE no solo no
amenazaría el empleo en la UE, sino que tendría un impacto positivo en la salud
y el medio ambiente de los países importadores.