AGRO. - Las últimas semanas se dio a conocer la restricción de las exportaciones de fruta chilena por parte de Perú, debido a la presencia de la polilla Grapholita molesta y la confirmación de un brote de mosca de la fruta en Chimbarongo, sexta región de nuestro país, que se suma a otros focos comunicados por el programa nacional del Servicio Agrícola y Ganadero.
Si bien Chile se caracteriza por tener una alta fiscalización, el problema ha aumentado por el ingreso, por pasos no habilitados, tanto de personas, como de grandes volúmenes de fruta.
Una de las acciones que se realizan para la vigilancia y contención de plagas es el monitoreo mediante trampas de feromonas u otro tipo de atrayentes, las que deben ser revisadas en predios agrícolas o zonas urbanas. Sin embargo, una de sus desventajas es la baja frecuencia de monitoreo, lo que limita la capacidad de contención de nuevos focos o de análisis del comportamiento de la plaga cuando está presente.
Estas limitaciones y dificultades en el sistema de trampas tradicional, fue lo que detectaron los emprendedores de Neltume para desarrollar una tecnología que permite un monitoreo remoto y diario a través de cámaras en inteligencia artificial, lo que sumado a sensores de temperatura y humedad permiten estimar la fenología de la plaga y entregar otro beneficio relevante asociado al control.
“El cambio climático ha modificado el comportamiento de las plagas, ya que su desarrollo depende de la temperatura. Donde históricamente se han presentado tres generaciones de algunas especies de polillas por temporada agrícola, actualmente se está presentando un cuarto vuelo que solo se ha ido acusando más cada temporada. Aquí nace la necesidad de ajustar los controles de las plagas, ir adaptándonos a estos nuevos ciclos de desarrollo” explica Bárbara Valenzuela, Ingeniera agrónoma del equipo de Neltume.
Al mismo tiempo, enfatizan desde Neltume, que este tipo de vigilancia remota enfocada en plagas relevantes para el país, puede ser una importante herramienta para contar con alertas tempranas de primeras capturas, aumentar la densidad de trampeo y optimizar el uso de recursos de la vigilancia fitosanitaria.