Cultivo Tradicional con Potencial Innovador
AGRO.- La joven emprendedora Camila Rodríguez, inspirada por las historias fascinantes detrás del azafrán, decidió aventurarse en su cultivo a los 17 años. Originaria del sudeste asiático, la planta Crocus sativus, conocida como rosa del azafrán, ha encontrado en Chile un terreno propicio para su desarrollo.
Historia y Valor del Azafrán
Con una larga historia que abarca desde los baños de Cleopatra hasta su uso en la medicina tradicional, el azafrán es apreciado por su sabor, aroma y color característicos. Sin embargo, su producción es compleja, lo que lo convierte en un producto de alto valor en los mercados internacionales.
Potencial de Desarrollo en Chile
A pesar de la disminución global en la producción de azafrán debido a factores climáticos, Chile emerge como un destino prometedor para su cultivo. Iniciativas como la impulsada por Kelümilla y respaldada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) destacan el potencial del país en este ámbito.
Rentabilidad y Diversificación del Cultivo
El azafrán ofrece una oportunidad de negocio rentable, especialmente cuando se combina con la producción de otros productos derivados. Agricultores como Sofía Martínez y el equipo de Marcela Torres y Marieta Van der Schot están diversificando sus operaciones y explorando nuevas formas de comercialización, incluida la exportación.
Calidad y Competitividad Internacional
Estudios realizados por la FIA indican que el azafrán chileno cumple con estándares de calidad superiores, lo que lo posiciona favorablemente en los mercados extranjeros. Iniciativas como la exportación a Estados Unidos reflejan la confianza en el potencial del producto y su capacidad para competir a nivel global.
Perspectivas Futuras
Con condiciones climáticas óptimas desde la Región Metropolitana hasta Los Ríos, el azafrán ofrece una oportunidad de crecimiento sostenible para el sector agrícola chileno. Su valor económico, combinado con sus propiedades medicinales emergentes, lo convierte en un cultivo atractivo para inversores y agricultores por igual.
Fuente: revista del campo