Cómo se ha instalado la crisis de confianza en las policías
Nacional. - Las
formalizaciones del ahora exdirector de la PDI y del general director de
Carabineros ha puesto nuevamente en tela de juicio si es que es necesaria o no
una reforma a las instituciones policiales. Esto, debido a los constantes líos
judiciales que han enfrentado las cabezas de Carabineros y la PDI.
Cerca de las 06:00 horas del viernes de esta semana personal
del OS-7 de Carabineros arribó en simultáneo hasta el domicilio y oficina del
director de la Policía de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz, para llevar
adelante un allanamiento a petición de la Fiscalía Oriente.
¿El motivo? La presunta entrega de información de Muñoz al
abogado Luis Hermosilla de una causa reservada en que colaboraba la PDI. La
orden de entrada y registro fue cursada por el Cuarto Juzgado de Garantía de
Santiago y se fijó para el martes la formalización de Muñoz.
Tras presiones de todo el espectro político, Muñoz presentó su
renuncia a última hora del viernes luego de una extensa reunión con la ministra
del Interior, Carolina Tohá.
El escándalo, en paralelo, abrió otro flanco que complica a
las policías: qué hacer con el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez,
que será formalizado en mayo por el delito de omisión de apremios ilegítimos en
el contexto del estallido social.
En su momento, el gobierno descartó pedirle la renuncia y
—al igual que con Muñoz— determinó esperar a la formalización de cargos en su
contra para tomar una determinación. Yáñez, en todo caso, perdió apoyo político
para mantenerse en el cargo.
“Es muy grave que estén formalizados el general director de
Carabineros y el director general de la PDI. Y si el director de la policía de
investigaciones tiene que dar un paso al costado, creo que también el general
Yánez debe dejar su cargo. Si vamos a enfrentar el crimen organizado, el
narcotráfico, a la delincuencia, necesitamos que los mandos de nuestras
instituciones de orden y seguridad tengan el pleno respaldo y confianza de la
ciudadanía y del gobierno y de todas las instituciones”, sostuvo el jefe de
bancada de la DC, Eric Aedo, que en su momento respaldó a Yáñez cuando se
anunció su formalización.
Instituciones policiales en crisis
La formalización de Muñoz se suma a la de su antecesor en el
cargo, el exdirector de la PDI, Héctor Espinosa, quien fue formalizado en
octubre de 2021 por los delitos de malversación de caudales públicos,
falsificación de instrumentos públicos y lavado de activos.
En Carabineros la situación no es muy diferente. El
antecesor de Yáñez, Mario Rosas, también será formalizado por omisiones en los
operativos de carabineros que resultaron en violaciones a los derechos humanos
en el contexto del estallido social. Todo eso, precedido por el mega fraude de
Carabineros conocido en su momento como “pacogate”.
Este tipo de escándalos, que se arrastran hace años, han
desembocada en una sensación de continua crisis en las policías que vienen
siendo cuestionadas por la ciudadanía.
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Sobre esto, Daniel Soto Muñoz, abogado, coronel (R) de
Carabineros, consultor internacional en derechos humanos y policía, sostiene
que al ser las jefaturas las que se ven involucradas en estas causas “causa
normalmente un problema de desconfianza”.
“Las inconductas se asocian también a cuestiones de ética
institucional. Entonces, si quienes aparecen vinculados a incumplimientos a la
ley son las jefaturas, las personas asumen que hacia abajo todos son iguales”
Esa imagen, sin embargo, es “un error” a juicio de Soto.
“Ambas instituciones están compuestas mayoritariamente por mujeres y hombres
honestos y quienes infringen la ley deben ser cuestionados de forma individual
y castigados severamente”, dice el especialista en policías.
Reformas necesarias
Junto a la sensación instalada de crisis en las
instituciones policiales, el escándalo del director de la PDI ha puesto en el
centro del debate la eventual reforma a las policías que se ha pedido por años
desde el progresismo y que no ha sido concretada por el presidente Gabriel
Boric, pese a que fue una de las banderas durante su campaña presidencial.
Sobre estos problemas estructurales que se evidencian en las
instituciones, Soto explica que “la formalización recurrente de personeros que
forman parte de los directorios de las instituciones encargadas de la seguridad
y de la defensa, plantea que el gobierno corporativo de ellas está mal
estructurado, que fallan los controles internos y externos y que los directores
no están rindiendo cuenta de su gestión, ni menos haciéndose responsables de
los resultados de sus corporaciones”.
“Eso plantea que estas instituciones estatales deben ser
gestionadas con otros criterios”, agrega.
En ese sentido, el consultor especializado en policías
sostiene que “no se ha abordado adecuadamente la reforma del sistema policial y
no se han corregido los vicios que hoy permiten la comisión, la tolerancia y el
encubrimiento de inconductas”.
“Falla el liderazgo interno. Por esa razón la gestión y la
supervisión son deficientes. Con un buen liderazgo político y policial ambas
policías están en condiciones de mejorar sus capacidades de prevención e
investigación en poco tiempo, porque en Chile tenemos instituciones conformadas
por mujeres y hombres de una elevada vocación y disciplina.”, sentencia.